En cuanto a los recursos
electrónicos gratuitos, está por supuesto, Internet.
Internet es un almacén ingente
de información electrónica. Dicen que “todo está en la red y lo que no está
es porque no existe”. Al margen de esta afirmación popular un tanto exagerada,
es verdad que Internet cuenta con recursos-e textuales, de imagen y sonido y
multimedia de todo tipo.
Sin embargo, la calidad de
muchos de estos recursos no es siempre
Los buscadores de Internet ayudan a localizar recursos gratuitos (aunque
también de pago) desde unas interfaces muy llamativas y sencillas de utilizar.
Los buscadores recogen la información existente en Internet, la procesan y la
muestran al internauta cuando pregunta por ella. Los buscadores son, a pesar de
no seguir las técnicas bibliográficas y documentales al uso, enormes
repertorios referenciales de recursos, que además permiten enlazar con el
documento primario en cuestión.
Los buscadores son básicamente de dos tipos: motores y directorios
(también llamados índices). Entre los buscadores generalistas más destacados
está Google, y a considerable distancia con respecto al anterior otros como
Altavista, Yahoo, etc.
Las búsquedas de información en estas herramientas suelen provocar bastante ruido
y no siempre se localiza lo que se busca. Por ello, se han ido creando
distintas alternativas, sobre todo para las personas interesadas en temas
especializados: son por ejemplo los portales verticales o los directorios
monográficos de enlaces.
Existen en Internet gran cantidad de “guías de recursos” o
“listas de enlaces” sobre los temas más variados, que son en cierto modo lo más
cercano a verdaderas bibliografías de recursos en Internet. Sin embargo,
estas guías de recursos padecen una obsolescencia muy acusada y requieren un
seguimiento y actualización estrictos para que sean eficaces.
A pesar de sus inconvenientes, es innegable que Internet se ha
convertido en una fuente de información sobre recursos electrónicos de
primera línea. Las bibliotecas, por su parte, tienen como deber el buscar y
seleccionar información de calidad en Internet y ofrecerla a sus usuarios
mediante enlaces revisados periódicamente.
Queda todavía un largo camino para que los recursos-e reciban el mismo
tratamiento bibliográfico que los materiales tradicionales. El control
bibliográfico de los recursos electrónicos exige una política y una
normativa claramente definidas para todos los países integrantes del CBU.
Distintos organismos como la IFLA o las distintas bibliotecas nacionales están
realizando importantes esfuerzos para buscar soluciones a esta nueva situación.
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