17 junio 2021

Fuentes sobre recursos electrónicos gratuitos

En cuanto a los recursos electrónicos gratuitos, está por supuesto, Internet.

 

Internet es un almacén ingente de información electrónica. Dicen que “todo está en la red y lo que no está es porque no existe”. Al margen de esta afirmación popular un tanto exagerada, es verdad que Internet cuenta con recursos-e textuales, de imagen y sonido y multimedia de todo tipo.

 

Sin embargo, la calidad de muchos de estos recursos no es siempre la deseable. Además, la volatilidad y la obsolescencia de la información en Internet se presentan de nuevo como grandes inconvenientes.

Los buscadores de Internet ayudan a localizar recursos gratuitos (aunque también de pago) desde unas interfaces muy llamativas y sencillas de utilizar. Los buscadores recogen la información existente en Internet, la procesan y la muestran al internauta cuando pregunta por ella. Los buscadores son, a pesar de no seguir las técnicas bibliográficas y documentales al uso, enormes repertorios referenciales de recursos, que además permiten enlazar con el documento primario en cuestión.

Los buscadores son básicamente de dos tipos: motores y directorios (también llamados índices). Entre los buscadores generalistas más destacados está Google, y a considerable distancia con respecto al anterior otros como Altavista, Yahoo, etc.

Las búsquedas de información en estas herramientas suelen provocar bastante ruido y no siempre se localiza lo que se busca. Por ello, se han ido creando distintas alternativas, sobre todo para las personas interesadas en temas especializados: son por ejemplo los portales verticales o los directorios monográficos de enlaces.


Existen en Internet gran cantidad de “guías de recursos” o “listas de enlaces” sobre los temas más variados, que son en cierto modo lo más cercano a verdaderas bibliografías de recursos en Internet. Sin embargo, estas guías de recursos padecen una obsolescencia muy acusada y requieren un seguimiento y actualización estrictos para que sean eficaces.

 

A pesar de sus inconvenientes, es innegable que Internet se ha convertido en una fuente de información sobre recursos electrónicos de primera línea. Las bibliotecas, por su parte, tienen como deber el buscar y seleccionar información de calidad en Internet y ofrecerla a sus usuarios mediante enlaces revisados periódicamente.


Queda todavía un largo camino para que los recursos-e reciban el mismo tratamiento bibliográfico que los materiales tradicionales. El control bibliográfico de los recursos electrónicos exige una política y una normativa claramente definidas para todos los países integrantes del CBU. Distintos organismos como la IFLA o las distintas bibliotecas nacionales están realizando importantes esfuerzos para buscar soluciones a esta nueva situación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

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