miércoles, 25 de enero de 2023

Los recursos electrónicos en las bibliotecas

 

v  INTRODUCCIÓN

Las bibliotecas son conscientes de que deben seleccionar los recursos gratuitos de calidad e interés para ofrecérselos a sus usuarios. La incorporación de los recursos electrónicos a la biblioteca es un hecho, ya sea mediante soportes físicos como el CD-ROM, DVD (off-line) o mediante conexión a la red (on-line).

 

Esta incipiente biblioteca electrónica convive en la actualidad con los materiales tradicionales, dando lugar a lo que el estudioso Peter Brophy ha denominado biblioteca híbrida.

 

v  TRATAMIENTO DOCUMENTAL

 

Los documentos electrónicos deben recibir un tratamiento documental similar al de los documentos tradicionales, de cara a ser recuperados y utilizados por quien los necesite.

 

Desde hace unos años se están realizando esfuerzos para adaptar o crear herramientas capaces de controlar este nuevo tipo de materiales. De hecho, es uno de los ámbitos que actualmente más preocupan.

En el terreno de la normalización, contamos con interesantes avances, como las ISBD (ER), para recursos-e, publicadas en 1997, las ISBD (CR), para recursos continuos (que incluye las revistas electrónicas) publicadas en 2003. El formato MARC permite la descripción de todo tipo de materiales y cuenta con la etiqueta 856 para incluir la url del recurso. Además, la ISO regula mediante la norma 690-2 la redacción de referencias bibliográficas de recursos electrónicos.

A pesar de éstas y otras significativas actuaciones para adaptarse al entorno digital, ha sido inevitable ver surgir el debate acerca de si es operativo adaptar las herramientas ya existentes y utilizarlas con eficacia.

 

v  ALTERNATIVAS

Los especialistas en la materia apuestan fuertemente por la utilización de otros formatos más simples y adaptados al entorno de red, pero sobre todo, creados específicamente para el tratamiento de este tipo de materiales.

 

De este punto parte la brecha abierta e irreversible entre la actividad catalográfica tradicional y los metadatos.

 

El establecimiento de sistemas de metadatos se perfila como una buena solución para una gestión eficaz y eficiente de la información de manera normalizada.

 

miércoles, 18 de enero de 2023

El acceso a la información en la red

 

v  LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Desde hace unos años vivimos inmersos en la llamada Sociedad de la Información, un nuevo contexto social y cultural donde la información es utilizada en casi todos los sectores y ámbitos y es considerada como un bien cada vez más valioso. Asimismo, es una sociedad donde las NTIC avanzan a pasos agigantados y se hace necesario conocerlas y manejarlas.

La infraestructura de la Sociedad de la Información tiene como base las redes de telecomunicaciones. El fenómeno más destacado en este sentido es sin lugar a dudas Internet, la mayor red teleinformática del mundo en la actualidad.

 

v  INTERNET COMO FUENTE DE INFORMACIÓN

Internet es un almacén inconmensurable de información. Se dice que “todo está en la red”, y lo que no está es porque no existe. Sin embargo, la calidad de dicha información, su volatilidad y obsolescencia cuestionan el valor de Internet como fuente de información.

 

Los buscadores, ya sean motores, directorios, metabuscadores, etc. permiten buscar información en la red, pero su precisión no es la deseable y la cantidad de resultados que devuelven es a menudo abrumadora.

miércoles, 11 de enero de 2023

Usuario final de las bases de datos

Como decíamos, el distribuidor es el encargado de hacer llegar la información del productor al usuario final. Cuando hablamos de “usuario” nos estamos refiriendo en realidad a una variedad de destinatarios posibles. De hecho, no es común que una persona sola sufrague por sí misma los gastos que conlleva el uso de una Base de Datos, por lo que es habitual hacerlo a través de instituciones o empresas.

 

En el entorno de las Bibliotecas Universitarias, es evidentemente la biblioteca la que se encarga de comprar las Bases de Datos para que los miembros de la comunidad universitaria puedan utilizarlas. Con el usuario final se cierra el ciclo de transferencia de información.

 

Hasta hace una década aproximadamente, las consultas a Bases de Datos no eran realizadas por el usuario directamente, sino que se hacían con intermediación del documentalista. Además, el uso de Bases de Datos estaba circunscrito más bien a usuarios de tercer ciclo o al personal docente e investigador.

 

En la actualidad, los usuarios de Bibliotecas Universitarias están muy familiarizados con la dinámica de búsquedas en la web, por lo que las Bases de Datos les resultan más sencillas de manejar. Hoy en día es posible consultar las Bases de Datos a las que la biblioteca esté suscrita de forma remota y con la debida identificación del usuario como miembro de la comunidad universitaria. Aunque el uso de Bases de Datos se ha popularizado bastante, la Biblioteca Universitaria debe facilitar guías y tutoriales on-line de cada una de las Bases de Datos, así como organizar cursos de formación más exhaustivos.

 

Para el acceso controlado a las Bases de Datos de pago, puede hacerse mediante usuario y contraseña, mediante autentificación de la dirección IP fija del ordenador o mediante una combinación de ambas.

 

Para la facturación, la modalidad más habitual es la suscripción. A diferencia de los documentos en papel, las Bases de Datos on-line no se compran físicamente, sino que lo que se compra es el acceso a las mismas para consultarlas en unas condiciones acordadas. Se llama licencia al contrato por el que se establecen las condiciones de uso de los productos de información. La negociación de licencias con editores y proveedores es un tema candente en el ámbito de las Bibliotecas Universitarias, ya que éstas son a menudo abusivas y restan derechos a las bibliotecas para favorecer a los editores. En este sentido, la adquisición cooperativa mediante consorcios se está convirtiendo en la manera más rentable y práctica de combatir, por un lado, los elevados precios, y por otro, las cláusulas perjudiciales para la biblioteca.

 

Una modalidad de acceso puntual a Bases de Datos de texto completo es el pay per view o pago por visión, que consiste en pagar únicamente por el número de registros que se descarguen, sin necesidad de estar suscrito formalmente.