Como decíamos, el distribuidor es el encargado de hacer llegar la
información del productor al usuario final. Cuando hablamos de “usuario” nos
estamos refiriendo en realidad a una variedad
de destinatarios posibles. De hecho, no es
común que una persona sola sufrague por sí misma los gastos que conlleva el uso
de una Base de Datos, por lo que es habitual hacerlo a través
de instituciones o empresas.
En el entorno de las Bibliotecas Universitarias, es evidentemente la biblioteca la que se
encarga de comprar las Bases de Datos para que los miembros de la comunidad universitaria puedan utilizarlas. Con el usuario final se cierra
el ciclo de transferencia de información.
Hasta hace una década aproximadamente, las consultas a Bases de Datos
no eran realizadas por el usuario directamente, sino que se hacían con
intermediación del documentalista. Además, el uso de Bases de Datos estaba
circunscrito más bien a usuarios de tercer ciclo o al personal docente e investigador.
En la actualidad, los usuarios de Bibliotecas
Universitarias están muy familiarizados con la
dinámica de búsquedas en la web, por lo que las Bases de Datos les resultan más
sencillas de manejar. Hoy en
día es posible consultar las Bases de Datos a las que la biblioteca esté
suscrita de forma remota y con la
debida identificación del usuario como miembro de la comunidad universitaria.
Aunque el uso de Bases de Datos se ha popularizado bastante,
Para el acceso controlado a las Bases de Datos de pago, puede hacerse mediante usuario y contraseña,
mediante autentificación de
Para la facturación, la modalidad más habitual es
Una modalidad de acceso puntual a Bases de Datos de texto completo es
el pay per
view o pago por visión, que consiste en pagar
únicamente por el número de registros que se descarguen, sin necesidad de estar
suscrito formalmente.
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