lunes, 8 de junio de 2020

10 trucos para que no le pisen las ideas

¿No saben aún sus jefes que el último proyecto exitoso puesto en marcha en su departamento partió de una idea suya? Seguramente usted esté rodeado de trepas que quieren colgarse medallas a costa suya. No lo permita. Lea estos prácticos consejos y sepa cómo defender a capa y espada sus ideas. Eso sí: asegúrese antes de que son buenas.

 

1 En un principio, mantenga el secreto.

 

Sea precavido. Los bocazas son las víctimas ideales de los cazadores de ideas. Especialmente si aún le está dando vueltas a la cabeza y no ha llegado a una conclusión. Evite comunicárselo de manera informal a sus compañeros o superiores por mucha confianza que tenga en ellos.

 

2 No deje ningún cabo sin atar.

 

Que no le cojan por sorpresa. Estudie a fondo las posibilidades y busque soluciones para los problemas que puedan surgir. Parta del principio de que su idea seguro no es la mejor y prepárela para que sea la mejor elaborada, la mejor presentada, la que incluye un plan de acción concreto.

 

3 Plantéelo lo más pronto posible.

 

No espere a que le den las uvas para contárselo a los demás. Así evitará el riesgo de plagio o de que se le adelanten.

 

4 Cuanto más gente lo sepa mejor.

 

Cuando exponga su iniciativa, hágalo ante el mayor número de personas posible: superiores, colaboradores, implicados, beneficiarios... Cada vez que queramos presentar una idea deberemos comunicársela directamente a nuestro superior y a diferentes personas de nuestro equipo. Cuanta más gente esté informada, mejor. Así será más difícil que un ladrón de ideas se atribuya nuestros méritos.

 

 

 

 

5 Disuada a los roba ideas.

 

Las amenazas, si son suaves, son de gran utilidad en algunos momentos. Si tiene miedo a que la persona a la que está revelando su planteamiento se apropie de él, disuádale advirtiéndole sutilmente de todas las personas a las que ha comunicado la idea y de la opinión que les mereció. Porque un trepa no va a arriesgarse a que se le reconozca como tal.

 

6 Guarde siempre un as en la manga.

 

Como un buen jugador de naipes, no enseñe su baza a la primera. Si ya ha decidido que es el mejor momento para exponer el proyecto, silencie algunos puntos sobre cómo llevarlo a cabo y que no son necesarios para que los demás lo entiendan. Plantee sus ideas de manera sencilla y comente que beneficios traerán para la empresa. Ya habrá tiempo de meterse en detalles.

 

7 Plásmelo todo en papel.

 

En caso de ser un proyecto encomendado por un superior, realice a priori un documento formal en el que se incluyan la definición, la oportunidad, los objetivos y el alcance, el equipo implicado.

 

8 Guarde los emails, los faxes, las cartas...

 

¿Y si aún se pone en duda quien ha sido la cabeza pensante? No descarte esa posibilidad y archive todos los documentos que utilice para desarrollar la idea. Un email enviado en un momento concreto puede ser la clave que le dé a usted la razón.

 

9 Una vez expuestas, siga trabajando.

 

Y si, aún así, cree que está en peligro de que se adueñen de su idea, continúe trabajando sobre ella inmediatamente después de su presentación con el fin de mejorarla. De momento, ya está un paso por delante de cualquiera. Usted parte con ventaja.

 

 

 

 

10 No importa tanto colgarse medallas.

 

No olvide que el objetivo final es mejorar. Exponga su idea y acepte las sugerencias de los demás para mejorar la primera, la suya. Todos saldrán ganando, el primero usted.

 

 


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