¿No saben aún sus jefes que el último proyecto exitoso
puesto en marcha en su departamento partió de una idea suya? Seguramente usted
esté rodeado de trepas que quieren colgarse medallas a costa suya. No lo permita.
Lea estos prácticos consejos y sepa cómo defender a capa y espada sus ideas.
Eso sí: asegúrese antes de que son buenas.
1
En un principio, mantenga el secreto.
Sea precavido. Los bocazas son las víctimas ideales de los
cazadores de ideas. Especialmente si aún le está dando vueltas a la cabeza y no
ha llegado a una conclusión. Evite comunicárselo de manera informal a sus
compañeros o superiores por mucha confianza que tenga en ellos.
2
No deje ningún cabo sin atar.
Que no le cojan por sorpresa. Estudie a fondo las
posibilidades y busque soluciones para los problemas que puedan surgir. Parta
del principio de que su idea seguro no es la mejor y prepárela para que sea la
mejor elaborada, la mejor presentada, la que incluye un plan de acción concreto.
3
Plantéelo lo más pronto posible.
No espere a que le den las uvas para contárselo a los
demás. Así evitará el riesgo de plagio o de que se le adelanten.
4
Cuanto más gente lo sepa mejor.
Cuando exponga su iniciativa, hágalo ante el mayor número
de personas posible: superiores, colaboradores, implicados, beneficiarios...
Cada vez que queramos presentar una idea deberemos comunicársela directamente a
nuestro superior y a diferentes personas de nuestro equipo. Cuanta más gente
esté informada, mejor. Así será más difícil que un ladrón de ideas se atribuya
nuestros méritos.
5
Disuada a los roba ideas.
Las amenazas, si son suaves, son de gran utilidad en
algunos momentos. Si tiene miedo a que la persona a la que está revelando su
planteamiento se apropie de él, disuádale advirtiéndole sutilmente de todas las
personas a las que ha comunicado la idea y de la opinión que les mereció.
Porque un trepa no va a arriesgarse a que se le reconozca como tal.
6
Guarde siempre un as en la manga.
Como un buen jugador de naipes, no enseñe su baza a la
primera. Si ya ha decidido que es el mejor momento para exponer el proyecto,
silencie algunos puntos sobre cómo llevarlo a cabo y que no son necesarios para
que los demás lo entiendan. Plantee sus ideas de manera sencilla y comente que
beneficios traerán para la empresa. Ya habrá tiempo de meterse en detalles.
7
Plásmelo todo en papel.
En caso de ser un proyecto encomendado por un superior,
realice a priori un documento formal en el que se incluyan la definición, la
oportunidad, los objetivos y el alcance, el equipo implicado.
8
Guarde los emails, los faxes, las cartas...
¿Y si aún se pone en duda quien ha sido la cabeza
pensante? No descarte esa posibilidad y archive todos los documentos que
utilice para desarrollar la idea. Un email enviado en un momento concreto puede
ser la clave que le dé a usted la razón.
9
Una vez expuestas, siga trabajando.
Y si, aún así, cree que está en peligro de que se adueñen
de su idea, continúe trabajando sobre ella inmediatamente después de su
presentación con el fin de mejorarla. De momento, ya está un paso por delante
de cualquiera. Usted parte con ventaja.
10
No importa tanto colgarse medallas.
No olvide que el objetivo final es mejorar. Exponga su
idea y acepte las sugerencias de los demás para mejorar la primera, la suya.
Todos saldrán ganando, el primero usted.
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