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17 mayo 2023

El contacto físico entre madre e hijo

El tacto es una fuente de equilibrio psicofísico y un factor de supervivencia. El contacto en los primeros meses de vida entre madre e hijo es esencial para el desarrollo psíquico de las personas. Es una relación única que hace que ambos se comporten como una unidad.

 

Este vínculo se establece amamantando al hijo, acariciándolo tiernamente y es esencial para el desarrollo del cerebro. No tocarlos puede provocar trastornos emocionales y un incompleto desarrollo del cerebro.

 

Con mi madre no tuve esos problemas. De siempre tuve contacto físico con ella, en sus brazos de pequeño, de su mano, agarrándome del brazo, besándome con frecuencia, pero si con otras personas cercanas.




 





La falta de contacto físico es tan perjudicial para la salud como la falta de vitamina C. Tocar y ser tocado produce reacciones hormonales de felicidad y más ganas de tacto.

 

Al recibir un contacto físico agradable se libera la oxitocina que aumenta la necesidad de mayor contacto. Tiene beneficios como afianzar los vínculos, potenciar la secreción de leche durante la lactancia y acelerar las contracciones uterinas durante el parto y el orgasmo.

 

La infancia del niño con el vínculo adecuado discurre feliz ya que se sabe amado y ofrece amor a los demás. La carencia de contacto genera rasgos psicológicos que perjudican a la sociedad.

 

Para recuperar el tacto perdido primero debemos de vincularnos con nuestro cuerpo y eso facilitará el contacto físico con los demás.

 

Dejarse abrazar o dar o recibir masajes mejora la salud y aleja la ansiedad y el estés. El contacto físico es más que la interacción de una piel con otra.

 

  

26 abril 2023

Etapas en la relación con una madre

 

Según la psicóloga Julia Atanasopoulo existen cuatro etapas en la relación entre madre e hijo:

 

- De 0 a 6 años.

- De 7 a 13 años.

- De 14 a 20 años.

- De 21 años en adelante.

 

Trataré de explicar estas etapas desde la bonita experiencia vivida con mi madre que es la persona más importante que he tenido en mi vida y que ha influido mucho en mi devenir diario.

 


Según Julia Atanasopoulo en la primera etapa de 0 a 6 años, la madre es el mundo entero, la ternura y el referente y es una de las mejores etapas que recuerdo de mi gran relación con mi madre, una mujer que no se dejó influir por esas normas absurdas que llevamos tanto tiempo soportando y que me tenía en brazos todo el tiempo posible, y no se cansaba.

 

Recuerdo con mucho cariño aquellos tiempos en que me llevaba en sus brazos a todas partes, sus besos, sus caricias, sus cucamonas.

 


En la etapa de 7 a 13 años según Atanasopoulo, ya no se necesitan tanto pero sigue siendo importante como la proveedora de sus necesidades.

 

Estos años fueron muy importantes para mi en la relación con mi madre. Nuestra relación era muy especial y hacíamos muchas cosas juntos y ya comenzaba a ayudarla en las labores de la casa.

 


La etapa más conflictiva de los 14 a los 20 años que según esta psicóloga sobra madre controladora, supe salir con cierta astucia de ciertas imposiciones que me trataba de hacer como la compra de ropa, escogiendo al final lo que mi madre no quería. Las diferencias las llevábamos mi madre y yo de manera no traumática, ya que por circunstancias personales era mi principal valedora y mi gran referente.

 


En la etapa de los 21 años en adelante tuvimos la etapa de harmonía y serenidad que destaca esta especialista y hoy en dia aunque sea espiritualmente, sigue siendo un gran referente en mi vida.

 

 


13 abril 2023

La importancia de coger en brazos cuando se es pequeño

Cuando se tiene un bebé, muchas madres o incluso los padres, se ven bombardeados por consejos de su entorno en el que escuchan frases como "No lo cojas en brazos, que se acostumbra", "Tiene que aprender a dormir solo" o "Déjalo llorar", sin saber el perjuicio que se hacen a ellas y a la criatura.

 

Según diversos estudios de especialistas, coger a los hijos en brazos trae positivos beneficios a los padres y al niño y se convierte en un hecho agradable para ambas partes.

 

Según el pediatra Carlos González el primer contacto con el bebé es esencial para luego no considerarlo una carga y no sufrir agobios y si después del parto tiene a su hijo junto a ella al menos dos horas, se siente segura y quiere estar con él las 24 horas.




 

Pero las normas absurdas de las que hemos hablado al principio cortan esa saludable relación entre madre e hijo y como dice Carlos González es lo agradable lo que prohíben, "No lo cojas en brazos que lo malcrías", "no lo metas en tu cama, que luego no lo podrás sacar".

 

Al niño hay que cogerle en brazos, acariciarle, cantarle, sentir el calor de su piel, deleitarnos con su olor, dormir al sonido de su tranquila respiración y notar como su cuerpo se amolda al nuestro para así establecer empatía.

 

Otra absurda norma que hay que escuchar de la sociedad es que con la costumbre de coger al niño en brazos y meterlo en la cama, se le está creando dependencia y como dice Carlos González ¿Es qué es el único niño de año y medio o dos que todavía vive con sus padres?

 

Estas absurdas normas que nos imponen convierten la crianza de la criatura en un sacrificio y en una abnegación, cuando debería de ser algo placentero y feliz.

 

Afortunadamente he tenido una madre que no se dejó llevar por estas absurdas imposiciones que la trataron de imponer como me confesó en su día y mantuvo este contacto físico conmigo todo el tiempo que creyó oportuno. Me llevaba en brazos a todas partes hasta casi los tres años, jugaba conmigo todo el tiempo que hacía falta, si lloraba enseguida estaba conmigo para calmarme, me hacía todas las cucamonas del mundo, me comía a besos con mucha frecuencia y ni he sido malcriado, ni dependiente.


 


Es más, como dice Carlos González, todo esto creó una empatía y una unión entre nosotros que incluso hoy en día se mantiene espiritualmente.

 

Y he podido comprobar, por mis vivencias y mis observaciones, que las personas que no disfrutan de este contacto físico con su madre, son las que luego cuando son mayores son más agresivas e irascibles.

 

El ser criado con continuo contacto físico con mi madre, me ha aportado experiencias muy positivas en la vida y ha sido fundamental para mi posterior comportamiento como adulto.




 

Al convertirme en padre, todos estos aspectos positivos como cogerla en brazos, meterla en la cama, no dejarla llorar o jugar y hacerla cucamonas, lo he practicado con mi hija y con 15 años ni es malcriada ni está mal acostumbrada, al igual que yo tampoco lo estoy con 57 años.

 

  


08 marzo 2023

Una feminista de verdad


 

Cuando hoy se celebra el día internacional de la mujer trabajadora y en unos tiempos convulsos en los cuáles hay una serie de mujeres que lo que de verdad quieren es imponerse al hombre y aplastarle, y que realizan acciones escandalosas como lucir sus encantos para llamar la atención y sentirse importantes, quiero rendir homenaje a una auténtica feminista que luchaba por lo que es el auténtico feminismo, que es la auténtica igualdad entre hombres y mujeres, no la imposición de uno sobre el otro y me lo trasmitió como legado: MI MADRE.

A mi madre le tocó vivir en una época en la cual realizaba un papel bastante importante también de realización de las labores de la casa, pero en que por la mentalidad de la época, no encontraba ninguna ayuda por parte de mi padre, y para ninguno de los tres hermanos quiso que se siguiese con esa línea de falta de colaboración y desde muy pequeños nos inculcó lo que era la auténtica igualdad entre hombres y mujeres, que no es otra cosa que el reparto de las diferentes tareas entre los dos por igual, aunque fue conmigo, por ese amor y respeto que de siempre la ha profesado, con el que lo consiguió al cien por cien.

Por sus grandes lecciones, aprendí de mi madre a realizar todas las tareas domésticas por igual y según sus palabras, muy sabias, no ser menos hombre por ello. Desde antes de la adolescencia, ayudaba a mi madre en las compras de la casa, a guardar todo lo comprado, a las grandes limpiezas y esto fue para mí, esas lecciones de auténtico feminismo que he comentado al principio.

Todo esto supuso muchas de las grandes lecciones recibidas de mi madre y me enseñó sobre todo el auténtico feminismo, no el que quieren imponer ahora ciertas mujeres que su objetivo es pisotear al hombre.

Una de las más importantes lecciones de feminismo auténtico recibidas de mi madre, fue que el hecho de usar delantal para realizar las labores domésticas era también asunto de hombres, y que no por ello era menos hombre. 




Por todo ello aquí está este merecido homenaje a una feminista auténtica, que creía en la auténtica igualdad entre hombres y mujeres y no en la imposición de la mujer sobre el hombre y que dentro de la igualdad que debe de reinar entre ambos sexos, quería que el hombre hiciese de hombre y la mujer de mujer, que ambos luciesen su belleza y esplendor dentro de sus características y no dieran la nota como hacen hoy en día los que se quieren imponer a los hombres mostrando sus encantos escandalosamente.

Allá donde este, mi madre se estará escandalizando de estas tipas que se quieren imponer a los hombres pero que luego no tienen nada de femeninas y con toda seguridad dirá, lo que decía de mujeres así, que son unas machos pirolos.