viernes, 5 de junio de 2020

Fases de un libro

COMO NACE UN LIBRO: LA FASE CREATIVA

 

El gran reto del papel en blanco

 

Pasar de las musas al teatro como diría Lope. Ese es el gran desafio del escritor. Luego, cada autor sigue un procedimiento diferente.  Luis Miguel Ubeda (Euskadi herida) no cree en la inspiración ni tampoco que sea bueno apoyarse en ella. Trabaja con un guión estructurado, las ideas le surgen mientras está corrigiendo, investigando. Por su parte, Victor Claudín (Esos pólenes oscuros) utiliza el ordenador, pero lleva un cuaderno para tomar notas en los cafés, en el coche o en el trabajo. Sin embargo, Luis Otero (El sexto, no fornicar) necesita trabajar de manera cómoda, con ropa vieja; escribe en el ordenador, pero tiene que corregir en papel, siempre sentado y en su despacho. Sin embargo, para Paula Izquierdo (El hueco de tu cuerpo) solo hace falta ganas y entusiasmo.

 

Como se llega a publicar

 

El escritor puede utilizar varios métodos para hacer pública su obra. Uno de ellos es enviar una copia al departamento de recepción de manuscritos de la editorial, como en el caso de Víctor Claudín, que aún conserva tres libros inéditos guardados. Por su parte, Luis Miguel Ubeda trabaja por libre acudiendo a las editoriales cuando tiene su obra finalizada. Sin embargo, otros autores como Luis Otero escriben sus obras por encargo, ciñéndose al tema propuesto por la editorial. Una última opción, utilizada sobre todo por escritores noveles, es enviar sus obras a concursos o certámenes literarios, como el Dulcinea, el premio Azorín, el premio Pablo Rico o el premio Nadal de novela.

 

Cara a cara con el editor

 

La relación entre escritor y editor suele darse de dos maneras; a través del agente literario del autor (profesión curiosamente ejercida en su mayoría por mujeres), o mediante el contacto directo con el autor. En cuanto al contrato, si el intermediario es un agente, será él quien realice los trámites de gestión. Sin embargo, la mayoría de autores y editores opinan que la relación directa entre ambos suele dar mejores frutos, pero este aspecto depende también del tipo de producción literaria, es decir, si esta se realiza por encargo o por propia voluntad.

 

Y ahora viene el contrato

 

El autor cede al editor el derecho de reproducción de su obra y de distribuirla a cambio de una compensación económica. Por su lado, el editor se compromete a realizar estas operaciones por su cuenta y riesgo. El contrato de edición debe formalizarse por escrito y expresar unos mínimos requisitos: su ámbito territorial; la remuneración del autor, que suele rondar entre el 6% y el 10% de los beneficios; el número máximo y mínimo de ejemplares que se imprimen y que se queda el autor para su uso personal. Con Euskadi herida, de Luis Miguel Ubeda, se llegaron a tirar 4.100 ejemplares. Otro requisito es el plazo de la puesta en circulación de los ejemplares, que no podrá exceder de dos años a partir de la entrega del manuscrito al editor.

 

La duración del contrato oscila entre los cinco y diez años. Luis Otero apunta que los derechos de reproducción contemplados en el contrato deberían estar más claros, ya que si quieres escribir sobre tu obra en prensa, la editorial puede prohibírtelo.

 

Ilustraciones y dibujos

 

Las ilustraciones y cubiertas suelen ser la última fase creativa, ya que los dibujos y en especial la portada deben condensar el tema de la obra y, además, atraer al público. Los editores, o bien contactan, directamente con los dibujantes, o lo hacen a través de publicaciones o agencias de publicidad. En España, por desgracia, no se paga mucho, además han bajado los precios por ilustración al comprarme cada vez menos libros, dice Alfonso Azpiri, uno de los dibujantes más importantes de España, que, además de dibujar cómics, ha ilustrado libros y cubiertas.

 

DEL BORRADOR A LA ESTANTERIA

 

La lectura previa ante todo

 

El departamento comercial de la editorial es el encargado de las fases previas de lectura, antes de la aprobación final. Primero seleccionan los temas de interés público y después al autor haciendo unas pruebas iniciales. Este es el caso de la editorial Libsa, en la que el propio jefe del departamento, Emilio Mata, pide a los escritores pruebas tales como la redacción de un capítulo sobre un determinado aspecto de la obra que quieren realizar. A continuación, seguirán determinadas pautas para elegir al autor que se encargue de escribir el libro, como por ejemplo la técnica, el lenguaje o la forma. Antes de la aprobación definitiva suelen hacerse, al menos, dos lecturas previas, que habitualmente realiza el departamento de lecturas de la editorial, normalmente integrado por filólogos.

 

Traducciones

 

Los requisitos exigidos a un traductor son dominar a la perfección las técnicas de traducción, la lengua a traducir y por supuesto el castellano. Las editoriales afirman que en la actualidad hay muchos y muy buenos traductores en nuestro país.

 

Los idiomas que más se suelen traducir son el inglés, el francés, el alemán y el italiano. Por supuesto, están mucho mejor pagadas las traducciones de idiomas que se hablen menos, como por ejemplo, los del este de Europa o los asiáticos, cada vez más demandados. Existen, además, gremios y asociaciones que acreditan su profesionalidad.

 

 

 

 

 

 

La corrección

 

La corrección de textos tiene dos fases: corrección de estilo y de pruebas. La primera consiste en detectar los posibles fallos gramaticales. El texto no suele tocarse mucho en esta fase, ya que los errores son escasos y se debe respetar mucho el estilo del autor. La corrección de pruebas consiste en la búsqueda de la pesadilla de todo editor: las erratas. Los correctores de pruebas, muy necesarios para la industria, son escasos al ser un oficio mal pagado, a pesar de que la corrección informática rara vez resulta eficaz.

 

El soporte y los análisis de costes

 

Editar consiste en dar una dura forma atractiva y de calidad a un texto. Dependiendo de la colección o del estilo de la editorial, existen maquetaciones y paginaciones predeterminadas y estudiadas. Dentro de un presupuesto hay que ofrecer un formato de calidad con precios accesibles al comprador. Un formato de calidad se basa más en el análisis que en gastar dinero, dicen los editores. Por su parte, el precio del papel suele ser estable y, además, las nuevas tecnologías han facilitado y abaratado la fotocomposición y la fotomecánica, la fase previa a la impresión.

 

La logística de la distribución

 

Las editoriales medianas o grandes, como por ejemplo, Metáfora Ediciones o Editorial Castalia, suelen tener almacenes y distribuidores en cada una de las 12 regiones en las que se divide España a la hora de distribuir libros.

 

Así se crea un fondo repartido por todo el país para que los libros tarden como mucho seis o siete días en llegar a la librería. Las editoriales más pequeñas suelen contar sólo con un distribuidor en Madrid y otro en Barcelona. Existen otros distribuidores para el extranjero, como por ejemplo, Océano, que distribuye libros de la editorial Lengua de Trapo en Sudamérica, o Celesa, empresa donde participan el Ministerio de Cultura y muchos accionistas editoriales, y que es uno de los mayores distribuidores de libros españoles fuera de nuestro país.

 

La vida del libro

 

La vida comercial de un libro depende en gran medida del género, la colección a la que pertenece o la línea que sigue la editorial que lo publica. En el caso de las editoriales de fondo, donde las novedades tienen la misma vigencia que el primer libro que se editó, el margen de vida comercial será algo más amplio.

 

Por desgracia, la regla general es que la etapa de comercialización de una obra es hoy bastante breve, debido al inmenso volumen de producción editorial. Por ello, pasado un tiempo determinado, los libreros se ven obligados a devolver el stock de un libro a las editoriales.

 

Casi todos los editores coinciden en señalar que el balance de los resultados comerciales de un libro no puede hacerse hasta que no han pasado como mínimo seis meses desde su fecha de publicación inicial.

 

Promoción

 

La publicidad en torno a los libros es escasa, ya que, debido a sus costes, sólo las grandes editoriales pueden permitírselo. La labor de promoción del libro la llevan a cabo en la actualidad los medios de prensa escrita a través de las secciones culturales y los suplementos literarios. La prensa recibe las novedades que le envían las editoriales, para luego publicar las de más interés. Otra fórmula de promoción son las presentaciones que los autores hacen de sus nuevas obras.

 

 


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