Los primeros repertorios
bibliográficos vieron la luz a finales del siglo XV. La aparición de la
imprenta y el número creciente de libros impresos plasmó la necesidad de
elaborar listas de libros para saber qué existencias había y difundir esos
títulos.
De igual manera, las bibliografías sobre recursos-e tratan de
recoger los documentos existentes en formato electrónico. Por tanto, el
criterio de selección de los documentos que entran a formar parte de estos
repertorios se realiza teniendo en cuenta el soporte del documento, no
su temática ni la naturaleza de los documentos (monografías, incunables, etc.).
El intentar recoger los recursos-e existentes tiene algunas dificultades
añadidas en comparación a cualquier otra tarea de control bibliográfico.
Por una parte, está el gran dinamismo de la industria misma de
Por otro lado, está la volatilidad de muchos recursos electrónicos,
especialmente los accesibles por Internet. Es arriesgado reseñar un determinado
recurso de Internet en un repertorio, ya que de la noche a la mañana puede
desaparecer, cambiar su ubicación, su contenido, etc. Por esta razón, cuando se
hace referencia a un recurso-e determinado, se suele añadir la fecha de la última
visualización a modo de orientación.
Para citar recursos-e, la forma normalizada de hacerlo es
El hecho de que los recursos-e tengan como común denominador su
“soporte”, sin que tenga que haber necesariamente una vinculación temática
entre ellos, ha hecho que éstos hayan ido entrando paulatinamente a formar parte
de los repertorios bibliográficos tradicionales. Esto significa que dentro
de una bibliografía sobre un tema en particular podemos encontrar combinados e
integrados recursos en papel, en microformas, en soportes magnéticos, ópticos,
multimedia, etc.
Los nuevos soportes se suelen integrar por tanto en los repertorios
bibliográficos como si fueran otro tipo documental más.
Aun así, existen fuentes específicas que recogen recursos-e
concretos, como son los directorios de BD, los catálogos comerciales de CD-ROM,
de DVD, etc.
El formato de estos repertorios que recogen, ya sea recursos-e
únicamente, ya sea recursos de todo tipo incluidos en los repertorios, puede
variar. El papel ha sido el soporte usado más tradicionalmente para los
repertorios, pero queda cada vez más superado por los soportes off-line
(sometidos a sus correspondientes actualizaciones) y sobre todo por la conexión
on-line, de actualización inmediata normalmente. Ambos
ofrecen mayores prestaciones y ahorran espacio.
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