24 marzo 2022

Las revistas electrónicas

v  CONCEPTO

García Camarero y García Melero definen la revista electrónica como el “conjunto de artículos ordenados, publicados bajo la responsabilidad de una institución y distribuidos a través de redes de ordenadores”.

 

La revista electrónica en sentido estricto es aquella concebida exclusivamente para el entorno electrónico, sin correspondencia en papel.

v  SITUACIÓN ACTUAL

La realidad muestra, sin embargo, que estamos viviendo la transición de la revista en papel a la revista digital totalmente desvinculada de su edición impresa. Por ello, un gran parte de las publicaciones electrónicas tienen su antecedente directo en una publicación impresa. Las llamadas STM (Scientific, Technical, Medical) fueron las primeras en orientarse hacia la edición electrónica.

Hoy en día conviven distintas modalidades entorno a la revista electrónica, ya que la versión impresa y la digital pueden coexistir, o existir únicamente la edición electrónica, una vez abandonado el formato papel.

 

Además, existen en el mercado de la información revista electrónicas de origen, en fase de plena implantación y aceptación por parte de la comunidad científica.

 

Existen varios soportes de almacenamiento de la revista electrónica: cinta magnética, CD-ROM, DVD o servidores de Internet, aunque las revistas científicas se inclinan mayoritariamente por la Red, por las indudables ventajas que presenta.

 

En cuanto a los formatos, no existe todavía uno universalmente aceptado por los editores. Son habituales HTML, PDF, SGML, XML…

 

Para controlar el acceso a las revistas electrónicas de pago, puede hacerse mediante usuario y contraseña o mediante autentificación de la dirección IP. Otra alternativa es el uso de certificados digitales, como en el proyecto PAPI, de RedIris.

Existen muchas modalidades de facturación. Es habitual realizar suscripciones con proveedores para acceder así a grandes colecciones temáticas o a todo su fondo editorial. Aunque estos “packs” de revistas suelen tener precios asignados, las instituciones pueden negociar a nivel individual, con lo que consiguen normalmente descuentos en las revistas impresas a cambio de la compra de la versión electrónica de las mismas. Otra modalidad cada vez más extendida es la adquisición conjunta a través de consorcios de bibliotecas. Además de la suscripción clásica, existe la posibilidad de pagar únicamente por un determinado artículo de una revista, procedimiento conocido como “pay per view” (pago por visión).

 

Para el enlazado de las revistas electrónicas dentro del site de cada distribuidor ha resultado fundamental el desarrollo de la tecnología DOI (Digital Object Identifier), basado en la norma ANSI/NISO Z39.84, y los programas Crossref y SFX.

v  VENTAJAS

Entre las ventajas que presentan las revista electrónicas están las siguientes:

 

- Rapidez en la difusión.

- Bajos costos de producción, no hay ni impresión ni distribución.

- Se evitan situaciones habituales en las hemerotecas como retrasos en la llegada, pérdidas, sellado, colocación del dispositivo antihurto, ordenación física, almacenamiento, deterioro, encuadernación.

- Ahorro de papel, desde el punto de vista ecológico, pero sobre todo desde el punto de vista del ahorro de espacio.

- Posibilidad de consulta simultánea.

- Posibilidad de consulta al margen de las coordenadas espacio/tiempo.

- Contenido multimedia e hipertexto. Los enlaces a otros recursos desde la revista electrónica favorecen la comunicación científica: enlaces al e-mail del investigador firmante, a artículos citados, a otras revistas, etc.

v  INCONVENIENTES

 

- Acceso vs. Propiedad. Cuando se consulta una revista electrónica a la que la biblioteca está suscrita, se accede a un servidor remoto, donde se encuentra la información almacenada. El problema estriba en que no siempre existen garantías suficientes de que una vez cancelada la suscripción sigamos teniendo acceso a los números retrospectivos que un día fueron “nuestros”, al no quedar en la biblioteca ningún bien físico, como ocurre con el papel.

 

- Preservación de cara al futuro. Dada la volatilidad de la información en Internet, nada garantiza que la información electrónica de un repositorio vaya a permanecer allí siempre si la revista o la editorial desaparecen. No olvidemos que al fin y al cabo son negocios con intereses comerciales. Bien es verdad que es habitual publicar en soportes ópticos los números anteriores de revistas, pero no existe una forma normalizada de conservar dicha información para generaciones futuras. En este sentido, reseñamos la existencia de interesantes proyectos como ECO (de OCLC), JSTOR y SCIELO.

 

- Los derechos de autor son otro tema candente en las bibliotecas en general y en las revistas electrónicas en particular. Las posibilidades de reproducción, impresión y copia son ilimitadas en la edición electrónica. La inminente ley española de propiedad intelectual, elaborada a partir de la Directiva de la UE de 2001, favorecerá que los autores reciban un pago por el uso que se haga de sus trabajos, lo que ha generado polémica en el ámbito bibliotecario.

- Necesidad de un equipo informático con conexión para su consulta. Esto implica por una parte gastos de mantenimiento (en el caso de que se trate de un equipo de la biblioteca) y por otra la presunción de que los usuarios potenciales están alfabetizados digitalmente.

 

- Incomodidad de leer en pantalla.

 

- Imposibilidad de hojear la revista, de cara al descubrimiento fortuito de información de interés.

 

- Velocidad de acceso no satisfactoria en la mayoría de los casos.

 

- En el caso de las revistas electrónicas sin versión en papel, al no tener un respaldo de prestigio (como una gran editorial o una institución), los autores se muestran reacios a ver sus trabajos publicados en ellas. Esto se explica también por el hecho de que no existen comités científicos con autoridad suficiente para asegurar la calidad de los artículos.

 

- Por último, pero no menos importante, está el grave problema de la negociación de licencias con editores y proveedores. Las licencias son los contratos por los que se establecen las condiciones de uso de los productos de información. Estas licencias son a menudo abusivas, ya que restan derechos a las bibliotecas para favorecer a los editores. En este sentido, la adquisición cooperativa mediante consorcios se está convirtiendo en la manera más rentable y práctica de combatir, por una parte, los elevados precios, y por otra, las cláusulas perjudiciales para la biblioteca.

 

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