La catalogación es el proceso de descripción de los
elementos informativos que permiten identificar un documento y establecer los
puntos de acceso que van a permitir su recuperación. Por tanto, su fin es
facilitar la identificación física de los documentos y su producto final, el
catálogo, actuará de intermediario entre los usuarios y el fondo bibliográfico.
El
proceso de catalogación tiene dos momentos fundamentales:
-
La descripción bibliográfica,
definida en las Reglas de Catalogación Españolas como el conjunto de datos
bibliográficos con que se registra o identifica un documento de acuerdo con
unas reglas.
-
La elección de puntos de acceso,
que consiste en dotar al documento de las entradas necesarias (principal y
secundarias) que permitan ordenarlo adecuadamente dentro de la colección, para
poder recuperarlo dentro del catálogo.
Además de esto, por medio de la signatura topográfica
se convierte el asiento bibliográfico en catalográfico, siendo ésta la
diferencia entre un catálogo y una bibliografía.
El catálogo es la relación ordenada del conjunto de
materiales que existen en una unidad documental, con indicación mediante un
símbolo del lugar que ocupan los documentos, es decir, el catálogo nos
proporciona unas coordenadas que nos indican el acceso al documento. Sin embargo,
la bibliografía es una relación en abstracto, sin relación del lugar físico en
el que podemos encontrar el documento.
Todo catálogo ha de tener una serie de
características:
-
Flexibilidad, es decir, ha de permitir su actualización.
-
Agilidad: permite la consulta de una manera lógica.
-
Operatividad, es decir, fácil manejo.
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