Distribuidores de bases de datos

 

Los distribuidores son las empresas que almacenan en sus servidores la información de los productores y, una vez tratada para hacerla accesible en línea, proporcionan acceso a la misma. El productor habrá autorizado previamente la explotación de su Base de Datos mediante un contrato de licencia.

Cada distribuidor suele manejar un elevado número de Bases de Datos. El mercado de la información en general se caracteriza por una gran concentración empresarial. En particular, en lo tocante a los distribuidores, éstos han formado un auténtico oligopolio mundial, ya que en la actualidad una veintena se reparten el mercado.

Los comienzos de este sector se remontan a los años 70 en EE UU. Muchos de los distribuidores que surgieron entonces han seguido una azarosa trayectoria empresarial: fusiones, absorciones, etc. Otros han surgido posteriormente.

En los años 90, con el uso generalizado de Internet para buscar información, vieron peligrar su papel, pero en los últimos años han resurgido, con más fuerza si cabe, ante el maremágnum que conforma la red.

Sea como fuere, estas empresas han contribuido significativamente al desarrollo del sector documental. Ellas mismas han ido evolucionando con el tiempo hasta convertirse en verdaderas pasarelas electrónicas desde las que consultar, desde una única interfaz, los contenidos de las Bases de Datos que distribuyen.

Se han esforzado en construir herramientas fáciles de usar, amigables y con campos sencillos y comprensibles, de forma que el usuario final sólo tenga que aprender el manejo de un sistema de búsqueda para acceder a grandes cantidades de información científica. Además, muchos ofrecen servicios de valor añadido, como motores de búsqueda, DSI, alertas, posibilidad de guardar estrategias para otra ocasión, etc.

Dentro del grupo de distribuidores más destacados a nivel mundial, destacamos Dialog, el gigante de la distribución de Bases de Datos (más de 500 de todas las disciplinas). Además están:

-       Dialog.

-       Datastar.

-       STN (Scientific and Technical Information Network).

-       FT Profile (Base de Datos negocios).

-       Questel-Orbit (Base de Datos de negocios, patentes y marcas sobre todo).

-       Ovid-Silverplatter.

-       OCLC (Online Computer Library Center). Servicio First Search.

-       H. W. Wilson (gran competidor de Dialog).

 

Productores de bases de datos

El productor de una Base de Datos es la persona o entidad que crea la información y es responsable de su contenido. Son los que inician la cadena de consumo de información automatizada. Su actividad se centra en la recopilación o elaboración de información o datos y en su mantenimiento y actualización periódica.

 

El resultado de ese trabajo es una Base de Datos. La mayoría de los productores ofrecen este producto a una o varias organizaciones privadas para que lo distribuyan. Cada vez más a menudo los productores toman la iniciativa de ser ellos mismos quienes distribuyan y comercialicen sus Bases de Datos. En todo caso, el productor conserva siempre la propiedad de la información y se reserva el derecho exclusivo de explotación.

 

Existen dos tipos de productores fundamentalmente: editores comerciales y organismos/instituciones.

 

-       Los editores comerciales suelen tener ya una fuerte implantación en el mercado de la edición impresa. En este sentido, son de destacar los grupos editoriales de revistas científicas conocidos como STM (Scientific, Technical, Medical).

Algunos de los más importantes son: Elsevier, Kluwer, Academic Press, John Wiley & Sons, Blackwell, Springer, Emerald, etc. Todos ellos tienen servicio de consulta on-line y acaparan cada uno varios miles de revistas científicas y otros documentos.

-       Los organismos que suelen convertirse en productores de información, como parte de su actividad o como subproducto de ella, son: centros de investigación, departamentos de empresa, servicios de análisis, sociedades científicas, universidades, etc.

En un principio, la producción de Bases de Datos procedía en su mayoría de organismos públicos, que reunían sin ánimo de lucro la información que poseían. Bien es verdad que con el paso del tiempo y el aumento de la demanda de información científica, algunas instituciones decidieron comercializar sus productos por los jugosos beneficios que reportaban. Esto es ya una práctica habitual bastante generalizada. Tomamos como ejemplo al ISI (Institut for Scientific Information), Philadelphia, EE UU, y sus productos documentales, de gran liderazgo.

Al margen de estos grandes centros de investigación y sus productos, cabe reseñar que, con el aumento espectacular en la producción de Bases de Datos en los últimos años, cada vez más centros pequeños y medianos empiezan a lanzar Bases de Datos al exterior.

En España, el principal productor de Bases de Datos es el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Más concretamente, el CINDOC (Centro de Información y Documentación Científica), organismo dependiente del CSIC, es el encargado de la información científica en todas las áreas del conocimiento. Nació en 1992 tras la fusión del ICYT y el ISOC. Estos organismos venían publicando desde los años 70 índices en papel que recogían lo editado en las revistas científicas españolas, por secciones. A partir de los años 90 se convierten en Bases de Datos bibliográficas. En la actualidad, estos índices se comercializan conjuntamente en CD-ROM o por Internet, junto con el catálogo colectivo de las bibliotecas del CSIC, Cirbic.

Las Bases de Datos del CSIC, que a su vez contienen subsecciones, son: ISOC (Índice español de Ciencias Sociales), IH (Índice español de Humanidades), ICYT (Índice español de Ciencia y Tecnología), IME (Índice Médico Español). A estos se añade la BD DATRI, un directorio de resultados de proyectos de investigación del Plan Nacional de I+D.

 

 

 

 

 

  

Las bases de datos

Las Bases de Datos son en la actualidad una herramienta de vital importancia en el desarrollo de la actividad formativa, profesional o investigadora.

Entendemos por Base de Datos el “conjunto de datos homogéneos ordenados de una manera determinada y que se presentan de forma legible por ordenador”.

Las Bases de Datos fueron en principio referenciales, es decir, recogían únicamente la referencia del documento al que hacía alusión, tal y como se hacía en los repertorios bibliográficos tradicionales.

 

El avance tecnológico y el desarrollo de la industria de la información han favorecido que las Bases de Datos ofrezcan cada vez más a menudo enlaces al texto completo del documento. Estas se llaman Bases de Datos fuente.

 

Además, muchas Bases de Datos son sometidas a análisis de contenido, lo que permite ofrecer resumen y descriptores.

 

Las entradas de las Bases de Datos son descripciones bibliográficas sucintas de los documentos, con una presentación alejada de las ISBD.

El acceso a las Bases de Datos suele ser on-line, aunque la mayoría de ellas ofrece también la posibilidad del soporte en CD-ROM. Dicho acceso exige el pago a los productores y distribuidores según los contratos comerciales establecidos para cada caso.

La calidad de estos productos y servicios es un tema a debate en los últimos tiempos, mucho más ante el elevado precio de las Bases de Datos.

Por eso es importante, antes de decidirse por la compra de una Bases de Datos, saber qué ofrece. Existen numerosos directorios para conocer las Bases de Datos del mercado, aunque el más completo es el Gale Directory of Databases, que contiene la descripción de más de 14.000 Bases de Datos en diferentes formatos.

La información necesaria que debemos conocer sobre una Base de Datos es como mínimo:

-       Nombre.

-       Materias que abarca.

-       Fuentes que recoge (artículos de revista, monografías, actas, etc.).

-       Productor.

-       Distribuidor/es.

-       Cobertura temporal (qué periodo cubre).

-       Idioma/s de los contenidos y del interfaz.

-       Frecuencia de actualización.

-       Dirección web.

 

A pesar de la existencia de numerosas Bases de Datos para cada ciencia, la realidad es que existen para cada disciplina una o dos Bases de Datos especializadas que ocupan una situación de absoluto predominio y que ofrecen lo que llamamos una gran “seguridad informativa” (todo está allí). Es el caso de Medline en Medicina, Chemical Abtracts en Química o Inspec en Ingenierías.

 

Una gran parte de las Bases de Datos son americanas, por lo que la producción científica de origen anglosajón es la que más cobertura tiene. Las Bases de Datos europeas están en minoría, y las españolas no tienen de momento la visibilidad de mercado deseada.

  

La industria de la información

El hablar de INFORMACIÓN como materia prima susceptible de ser explotada y comercializada con fines lucrativos ya no es novedoso para nadie. Existe una verdadera industria de la información, un negocio de grandes dimensiones que mueve mucho dinero al año.

 

Antes de la existencia de los soportes informáticos, los productos documentales se comercializaban únicamente en papel: boletines de sumarios, boletines de índices, boletines de resúmenes, listados, directorios, etc. Existía por tanto una industria de la información anterior a la revolución tecnológica. A partir de los años 80, surgirá la nueva industria de las Bases de Datos. El papel sigue y seguirá teniendo sin embargo un peso esencial en la transmisión del conocimiento humano.

 

Hoy en día, la industria de las Bases de Datos está estructurada en tres núcleos fundamentales: productores, distribuidores y usuarios. Es decir, los que crean la información, los que la hacen accesible y los que la consumen. A esto hay que añadir la necesaria infraestructura de redes, conexiones y equipos para su funcionamiento.

 

A pesar de la existencia de estos tres eslabones básicos, la industria de las Bases de Datos es conocida por su gran volatilidad: creación y supresión de Bases de Datos, desdoblamiento de Bases de Datos en otras más pequeñas, fusiones empresariales, absorciones, cambios de nombre, etc.

  

Buscarnos en Internet

El 75% de los responsables de recursos humanos buscan información en Internet de los candidatos. El 60% de los candidatos con mala reputación online son descartados.

 

Si cuidamos el contenido de los post que publicamos y es contenido interesante dejando rastro positivo, nos colocaremos en una situación ventajosa ante cualquier persona que quiera contratarnos.

 

Además de buscarnos en Google, debemos buscarnos en otros buscadores para ver los resultados que obtienen otras personas de nosotros.

 

El objetivo de nuestro curriculum vitae, de las conversaciones que hemos obtenido por teléfono y de las entrevistas personales es demostrar que estamos cualificados para el puesto de trabajo.

 

La huella que dejamos en los medios sociales es una extensión de nuestro curriculum vitae. Nos ayudará a dar imagen de lo que sabemos, de nuestra personalidad y de lo bien que podríamos encajar en una empresa.

 

Queremos que la gente encuentre información que nos favorezca. La información que publiquemos aparecerá en los motores de búsqueda.

 

La optimización para los motores de búsqueda es el arte y la ciencia de conseguir que nuestro sitio web aparezca en los primeros puestos de la lista de resultados de una búsqueda.

 

La gente especializada en la optimización para motores de búsqueda pone en marcha diferentes estrategias en varios sitios web.

 

Las palabras y frases clave representan el tema sobre el que trata un sitio web. El título debe incluir la palabra clave. Estas palabras deben aparecer también en el cuerpo del artículo. El texto anclado hace referencia a las palabras que utilizamos dentro de un hipervínculo. Las referencias son los enlaces que apuntan a nuestro sitio web desde otros sitios.

 

Si nuestro sitio web tiene un buen aspecto, buen diseño y está bien escrito, Google le dará un valor mayor que al resto de sitios. El tiempo de permanencia también es importante. La velocidad de carga también es tenida en consideración.

 

  

La biblioteca electrónica

 

§        CONCEPTO

 

Puede considerarse biblioteca electrónica cualquier “colección de materiales producidos y almacenados en soportes electrónicos”.

 

Aunque la nomenclatura de biblioteca electrónica, biblioteca digital y biblioteca virtual están presentes en la literatura profesional bajo diferentes acepciones, utilizaremos la expresión biblioteca electrónica para contraponerla a la colección tradicional en soportes librarios de la biblioteca.

 

§        PROCESO TÉCNICO

 

La colección electrónica de una biblioteca puede formarse a partir de la ¹adquisición de productos electrónicos “de origen” o a partir de colecciones procedentes de proyectos de digitalización o de otros trabajos bibliotecarios.

 

Los recursos electrónicos deben seguir un proceso técnico similar a los materiales librarios. Para la descripción de estos documentos existen las normas ISBD (ER) = Electronic Resources. Tras el análisis documental los recursos electrónicos pueden pasar a formar parte del OPAC de la biblioteca y aumentar así sus posibilidades de recuperación.

 

§        PLANIFICACIÓN

 

Estos materiales tienen cada vez más demanda y la biblioteca tiene que saber adaptarse a la nueva situación, no sin antes tener en cuenta ciertos aspectos, que influirán en los presupuestos planificados:

 

-       Previsiones de espacio para el almacenamiento de los nuevos soportes y para la consulta de los mismos, teniendo en cuenta que cada terminal ocupará un puesto de lectura.

-       Previsión de posibles ruidos.

-       Evitar reflejos en pantallas.

-       Previsión del cableado.

-       Planificar el tipo de acceso a los materiales (semidirecto o indirecto).

-       Contemplar las medidas anti-hurto.

-       Formación del personal y de los usuarios en el uso de las NTIC, lo que se conoce como alfabetización digital.

-       Plan de conservación de los materiales y de sus máquinas lectoras.

 

 

§        EL FUTURO DEL PAPEL

Aunque la edición electrónica y su aplicación a las bibliotecas abre un mundo de posibilidades en la sociedad actual, Magán Wals insiste en que el papel perdurará como soporte de la información durante mucho tiempo. La biblioteca sin papel no parece, pues, una realidad inminente.

 

1.    CONCLUSIÓN