16 octubre 2020

El archivo de la villa de Madrid

 

  El Archivo de la Villa de Madrid, tiene su origen en el siglo XVII. Su primer documento, es un privilegio de Alfonso VII, confirmando a Madrid su territorio, fechado en Toledo en 1152.

 

  Las referencias al uso del archivo se hacen más intensas según avanza el reinado de los Reyes Católicos. Su denominación de Archivo de la Villa,  de puede leer por primera vez en 1525, cuando el rey Carlos I concede una petición a los representantes del Concejo Madrileño.

 

  El lento crecimiento de los documentos se ve alterado con la llegada de la Corte a Madrid. Los documentos crecen, y el archivo comienza a ser un verdadero problema.

 

  El 6 de junio de 1565, se plantea tener un archivo nuevo con un espacio propio. El arca estaba demasiado suya, y los documentos apolillados. Había que recoger los papeles, limpiarlos, inventariarlos y guardarlos en un lugar seguro.

 

  En el Archivo municipal no quedan rastros de ese primer intento serio de organizar una oficina central, la existencia del Libro de conocimientos y los recibos de salida que en él se registran, permiten sospechar que había movimiento en los papeles.

 

  Después de la Guerra de Sucesión, se reiniciaron los trabajos conducentes a la organización del archivo. El 3 de junio de 1726, se vuelve al tema siempre inconcluso del arreglo del archivo.

 

  El 19 de julio de 1748 se nombra a Alphonso de Castro Villasante responsable de la copia de documentos. Se le puede considerar el primer archivero profesional.

 

  El 12 de diciembre de 1769 se nombra archivero a Saenz Mansó, con unos emolumentos anuales de 500 ducados.

 

  A la muerte de Diego Saenz Mansó, en 1782, se elige al primer archivero después de un examen público. El archivero elegido fue Manuel Ramírez de Arellano.

 

  La organización definitiva del archivo, se produce en 1836 por medio de Facundo Porras Huidogro. Necesitaba consolidar una plantilla ajustada a las necesidades del archivo.

 

  Puso las bases de la organización del Archivo General, pero no logró completar su obra. Dejó un proyecto definitivo y personal para llevarlo a cabo.

 

  Los inicios de la investigación en el Archivo son tempranos, pues todos los grandes historiadores de Madrid habían utilizado sus documentos.

 

  El objetivo del archivo seguía siendo al finalizar el siglo el de conservar, bajo la autoridad de una sola institución los documentos que iban naciendo de la actividad municipal.

 

  Después de 150 años el Archivo reunía todos sus fondos en un solo lugar. Unos fondos que se habían visto acrecentados por los fondos de los pueblos anexionados a Madrid y la adquisición del Archivo de los Lujanes en 1948.

 

  A lo largo de la historia, se ha mantenido fiel a un objetivo prioritario: conservar, organizar y difundir los documentos generados y recibidos por la Administración municipal.

 

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