1. INTRODUCCIÓN
El siglo XVII es un siglo de crisis
económica, provocada por los largos conflictos bélicos que consumieron los
recursos de las potencias europeas. Los enfrentamientos religiosos hicieron
desaparecer la idea de la unidad de Europa, muy especialmente tras la Guerra de
los 30 años, que consolida la división del continente entre católicos y
protestantes. Este hecho motiva que el latín pierda vigencia a favor de las lenguas nacionales.
Otro rasgo del Siglo XVII es que a pesar de la decadencia
generalizada, en España, Francia e Inglaterra las literaturas nacionales viven momentos de
esplendor, el Siglo de Oro, con
autores como Cervantes, Lope, Quevedo, Shakespeare o Racine. También es el
momento en el que se desarrollan más otros campos del conocimiento como la
física, astronomía, matemáticas, etc. Hay científicos
como Bacon, Galileo o Descartes que se desvinculan de la Iglesia y las
universidades para desarrollar su investigación en ámbitos profanos como academias
o sociedades.
2. INDUSTRIA DEL LIBRO
Desgraciadamente, esa decadencia general también tiene su reflejo en el mundo del libro. Aunque algunos
reyes y la Iglesia patrocinan algunas ediciones lujosas, el Siglo XVII no
destaca por la brillantez de los productos bibliográficos, que son muy inferiores en calidad respecto al siglo
anterior. Los libros se imprimen de forma más descuidada, utilizando mal
papel, malas tintas y tipos gastados. Se fabricaban libros más baratos para
tratar de llegar a más público.
Las causas de la crisis editorial se
deben a:
1)
crisis
económica provocada por las continuas guerras.
2) el libro se veía como transmisor de
ideas peligrosas, de manera que se imponen censuras políticas y religiosas muy
fuertes en cada uno de los bloques (católico y protestante), disminuyendo el
comercio de libros, que favorece un mercado negro bastante intenso.
3) en muchos países, como España e
Inglaterra, continuaban existiendo monopolios para la edición de libros.
4) los gobiernos, además de la rígida
censura y tratos de favor, impusieron fuertes impuestos tanto en la producción
editorial como en las importaciones.
Como señala Hipólito Escolar es como si se hubiera perdido un poco la
ilusión por el libro.
Si hacemos un repaso por los países más importantes en la industria
editorial durante el Siglo XVII, destacaríamos:
PAÍSES BAJOS
Se encuentra la producción bibliográfica
más importante. Holanda tiene una situación privilegiada porque tras su
independencia se convirtió en una potencia económica gracias al dominio del
comercio marítimo. Por otro lado, acogió a muchos intelectuales que huían de
sus países, lo que provocó un gran florecimiento cultural. Amsterdam toma el relevo de Venecia y Florencia como capital
mundial del libro.
Su éxito estuvo en copiar las fórmulas
del pasado, es decir, libros en pequeño formato a buen precio. Los elzeviros se
caracterizan por:
- formato doceavo.
- obras de clásicos, principalmente
romanos.
- cuidado en la edición.
- Asequibles.
Sin embargo, materialmente son peores
que los Manucio. Publicaron unas 2000 obras, sobre todo religiosas y
teológicas, pero también de derecho y política. Destaca especialmente su
colección de clásicos latinos iniciada en 1629 con Horacio y Ovidio. Desde el
Siglo XIX los elzeviros son muy codiciados por los bibliófilos.
Otra gran novedad de
En la parte católica de Países Bajos
siguieron editándose libros en español
porque era mucho más barato que hacerlo en España. Destacan en Amberes los
herederos de Cristóbal Plantino, los Moretus (o Moreto), que imprimen libros de
gran formato, sobre todo de cartografía y geografía, ilustrados con la técnica
de grabado en cobre.
FRANCIA
El triunfo de los católicos supuso un robustecimiento de la autoridad de los reyes,
que lanzaron disposiciones limitando la producción y la circulación de libros.
Se impuso una dura censura política
y religiosa aunque no se pudo impedir la entrada de obras desde los Países
Bajos. También se imponen fuertes impuestos
que hicieron disminuir la calidad de las obras.
El editor más importante fue Sebastián Cramoisy, protegido de
Richelieu, editor de los jesuitas y que recibió el título de impresor y librero
del rey. Entre su producción, de unas 2500 obras, destacan obras clásicas y
también de escritores religiosos modernos y libros de texto.
Por otra parte, en 1640 se instala en el
Louvre
ESPAÑA
La herencia de los privilegios otorgados por Felipe II a algunos impresores y el
incremento de tasas a los libros
afectan a
Las imprentas
están muy localizadas, sobre todo en Madrid, que llegó a contar con un centenar
de talleres y unos 50 de comerciantes de libros. Mientras que en otras ciudades
castellanas, como Alcalá o Toledo, la actividad disminuía.
El taller más importante del siglo es
También se puede citar los talleres de Luis Sánchez, hombre muy culto y
preocupado por la calidad de su trabajo tipográfico, y el de Juan de la Cuesta.
OTROS PAÍSES
Inglaterra tampoco destacó por una especial
brillantez, mientras que en EEUU se
instaló la primera imprenta un siglo después de su llegada a México.
En Italia
desaparecieron las grandes empresas familiares del esplendoroso siglo anterior.
A los Giunta los suceden los Pezzana,
que imprimen sobre todo Biblias y obras litúrgicas.
Por su parte, Alemania quedó arruinada tras la Guerra de los 30 años y decreció
su influencia política y cultural. La industria del libro cae a niveles muy
bajos y se percibe la división entre católicos y protestantes. Sólo podemos
destacar en Leipzig los talleres de Lamberg.
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