v LA WEB
HOY
La Web es uno de los
servicios de Internet más importantes y que más ha conseguido popularizar la red. Fue concebida por Tim Berners-Lee, quien presentó el
proyecto de la W en 1989, en el
CERN (Suiza). Este proyecto era, sin embargo, mucho más ambicioso de lo que
conocemos hoy en día de la Web.
Las posibilidades que
ofrece la Web en la actualidad son, a pesar de ello, asombrosas, e impensables
hace tan sólo unas décadas. La Web nos permite realizar de forma remota
infinidad de actividades de todos
los ámbitos: educativo (e-learning), cultural (visitas virtuales a museos,
bibliotecas, ciudades), administrativo (declaración de la renta), económico
(cuentas corrientes, compra-venta de valores), laboral (teletrabajo), ocio
(juegos, literatura, prensa, fotos), etc.
El volumen de información
que alberga la red es inabarcable. Se dice que “todo está en la red”, y lo que no está es porque no existe. A la Web superficial se le suma la Web profunda (Internet invisible),
compuesta por todos los contenidos que están ahí pero que no aparecen en los
buscadores cuando preguntamos por ellos, debido normalmente a que son recursos
dinámicos pertenecientes a Bases de Datos.
Sin embargo, a pesar de contar con este ingente almacén de
información, es bien sabido que la capacidad de la red para satisfacer
necesidades de información es limitada. La calidad,
volatilidad y obsolescencia de los contenidos ponen trabas a la satisfacción de
muchos internautas. Otro gran problema de la Web es su abrumadora obtención de
resultados ante una búsqueda genérica, lo que denota una gran falta de precisión.
Esta falta de precisión se hace patente cuando lanzamos una búsqueda
cualquiera en alguno de los motores o directorios existentes, por ejemplo,
preguntando por “San Bernardo” y nos
devuelve resultados acerca de distintas realidades inconexas: una raza de
perro, una calle de Madrid o un Santo devoto.
Este problema, tan habitual por otra parte, ocurre porque la Web actual carece de capacidad para
expresar significados. Únicamente se limita a recoger cadenas de caracteres
indizadas en grandes Bases de Datos, buscar por ellas cuando son requeridas y
presentarlas en la pantalla del ordenador para su visualización por parte de un
ser inteligente. Pero la máquina no sabe
realmente lo que la información significa.
Aquí es donde surge la apuesta por la construcción de una Web
Semántica (WS), también llamada Web Inteligente.
v LA
WEB DEL FUTURO: LA WEB
SEMÁNTICA
La WS es una corriente promovida por el propio inventor de la Web, Tim Berners-Lee, cuyo fin es lograr que las máquinas puedan entender y
por tanto utilizar lo que la Web
contiene. De ahí que se haya tomado el concepto de Semántica, que desde el punto de vista lingüístico es la disciplina
que estudia el significado de los
términos.
Se pretende desarrollar una Web
más cohesionada, donde sea más fácil localizar,
compartir e integrar información y servicios, para sacar un mayor partido a
los recursos disponibles.
Tal y como expresó el mismo Berners-Lee en un artículo publicado por la revista Scientific American en
2001, la WS es una extensión de la Web
actual, no una sustitución. La WS no pierde las características esenciales
de la Web actual, como por ejemplo ser descentralizada.
Para poder llegar a este (por ahora) lejano objetivo de WS hay que
recorrer un largo camino, primero de
desarrollo de estándares para la
representación, organización y recuperación de información en la red, y segundo
de promoción y concienciación por
parte de toda la comunidad web para su uso.
La WS persigue el establecimiento
de una forma universal de representar las relaciones entre los datos, y
entre éstos y sus significados para que un sistema automático (agente) sea
capaz de sacar sus propias conclusiones respecto a la búsqueda que se está
realizando.
Para que las máquinas empiecen a procesar
“conocimiento” y no únicamente “datos”, hay que conseguir que la información esté
convenientemente estructurada y clasificada. Esto conlleva la utilización de
los llamados “lenguajes para la
representación del conocimiento”. Para las personas vinculadas al mundo de
la documentación y de los lenguajes documentales, esto no es una novedad. De
hecho, uno de los lenguajes más conocidos en este ámbito para describir
recursos en Internet es el sistema de metadatos Dublín Core, respaldado por la DCMI.
En este tema vamos a tratar otros lenguajes: las tecnologías más importantes planteadas por el W3C para
construir la WS: el metalenguaje XML,
la arquitectura RDF, y el lenguaje OWL.