El tema elegido debe ser atractivo y encajar con los
intereses presentes y futuros del estudiante. Es muy importante que el tema lo
escoja uno mismo.
Las fuentes de información
deben ser accesibles. La facilidad o dificultad de consultar libros, revistas y
documentos debe ser determinante.
El tema debe adecuarse a la
propia preparación intelectual, es necesario ser consciente de las propias
limitaciones.
Podemos señalar como
elementos positivos:
1)
El conocimiento de la
materia y de las materias afines.
2)
El conocimiento de
las herramientas auxiliares.
3)
El conocimiento de
lenguas vivas o muertas.
La temática debe tener unos
límites claros y precisos. El tema se ha de centrar en unas coordenadas de
espacio y tiempo, en un marco definido.
El tema ha de ser original.
Debe ser tratado desde una nueva perspectiva. Cuando se realizan los primeros
trabajos es conveniente que alguien nos dirija. Una persona que tenga
conocimientos sobre un tema nos puede orientar sobre cómo plantear la
investigación, puede sugerir bibliografía, etcétera.
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