01 marzo 2023

El libro en Mesopotamia

 

Probablemente, el primer libro de la historia fue el creado por los sumerios y utilizado después durante 3000 años como vehículo de la civilización mesopotámica y de otras civilizaciones contemporáneas. Los sumerios utilizaron la escritura cuneiforme y las tabletas de arcilla, pero también fueron utilizadas por los arcadios, babilonios, asirios e hititas.

 

            En Mesopotamia abundaba la arcilla, lo que además de facilitar el desarrollo agrícola, proporcionó un material de escritura barato, cuya duración era superior a la de otros materiales y sobre el que, además, se podía escribir con cierta rapidez. Por tanto, el libro mesopotámico empleaba como materia de escritura corriente la arcilla, cortada en pequeñas planchas. Además de la arcilla utilizaron también piedra o materiales preciosos para grabar los documentos valiosos. Probablemente, aunque no se conserven restos, también se usaron pieles o papiro. La mayoría de las tabletas de arcilla disponibles corresponden a documentos económicos, administrativos y legales.

 

            Las inscripciones más solemnes se grababan sobre mármol o diorita, suponen un porcentaje muy pequeño comparado con la documentación encontrada en tabletas de arcilla. Estas inscripciones solemnes se emplearon en los monumentos históricos para conmemoraciones, recordar expediciones, y también para dar fe de las normas jurídicas unificadas, como el Código de Hammurabi.

 

            La escritura, lectura e interpretación de los textos estaban reservadas a los escribas, que gozaban de gran consideración social. Eran los depositarios del saber literario, religioso y científico. A ellos les corresponde el mérito de la extensión de la cultura mesopotámica y el que las tabletas de arcilla y la escritura cuneiforme fueran adoptadas como forma de libro por varios pueblos.

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