1.
Los usuarios acceden a los contenidos
desde diversos dispositivos y en cualquier momento del día. Conocer sus hábitos
de consumo puede dar pistas para enfocar los contenidos:
·
Por la mañana y durante los traslados al
trabajo, los usuarios consultan rápidamente la información desde sus teléfonos
inteligentes o desde las pantallas de mobiliario urbano: en el metro,
autobuses, ascensores…
·
Hasta el mediodía y en un entorno
laboral, la lectura se realiza desde las pantallas de ordenadores personales.
·
Durante la tarde decae la búsqueda de
información.
·
Es a la hora de la cena cuando los
usuarios consultan cómodamente desde su casa las tabletas, combinándolas con
medios tradicionales como la televisión.
2.
Se lee de forma multilineal, escaneando
el texto de arriba abajo. Por ello, se debe cuidar especialmente la parte
superior de la página y el titular de los textos. Además de incluir los enlaces
necesarios para que el usuario pueda llegar a la información que busca.
3.
Ante la avalancha informativa, el lector
agradece un filtro, tanto si busca un contenido concreto como si simplemente
curiosea.
4.
En un proyecto web recomendamos añadir
categorías o un buscador interno que facilite la búsqueda. O aún mejor,
proporcionar una selección de las noticias más relevantes. Otras opciones
útiles son los lectores de RSS, los agentes de noticias, las alertas o los
boletines de noticias.
5.
La veracidad de la fuente es un punto de
entrada a los contenidos. Los usuarios siguen a través de las plataformas como
Twitter o Menéame blogs o a líderes de opinión que consideran interesantes.
Cristina
Górriz de la Cal.
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