La mayoría de los padres no saben que hacer cuando sus hijos no tienen ganas de
aprender y su rendimiento escolar se resiente por ello.
• Aprender, reunir conocimientos y competir con los compañeros, puede resultar tan
divertido como jugar a fútbol, a la goma elástica o charlar con amigos.
• Desde el principio es preciso fijar un tiempo determinado dentro de la rutina del niño
para hacer los deberes, preparar las clases y repasar contenidos.
• La capacidad para mantener la concentración es muy variable. Cada niño es capaz de
concentrarse sólo durante un tiempo determinado en un tema en concreto.
• Procure que el juego de la hora de los deberes siga siendo eso, un juego, y no se
convierta en una apuesta para ver cuanto tiempo aguanta el niño hincando los codos.
• Si el niño está muy tenso o no logra concentrarse, es conveniente que haga una breve
pausa. Pero si nota que está en una fase productiva, no lo distraiga ni lo interrumpa.
• Repasar antes de irse a la cama lo que se ha estudiado por la tarde ayuda a fijar
contenidos en memoria.
• Muy probablemente el niño no podrá sentarse cada día a la misma hora a hacer los
deberes, pero, de todos modos, debería intentar ser lo más consecuente posible.
• Si hasta ahora el tema de los deberes ha sido siempre conflictivo en su familia, debe ser
consciente de que necesitará mucha paciencia y tacto para cambiar viejos hábitos.
• No intente cambiar los hábitos de estudio ni de trabajo del niño de la noche a la mañana.
Primero hable con su hijo del tema y luego traten de llegar a un acuerdo.
• Tal vez el trabajo se le haga menos pesado si sabe que, en ese mismo momento, su hijo
está en casa haciendo los deberes.
• Puede estar seguro de que cuanta menos importancia dé al mal comportamiento
ocasional del niño, mejor será la atmósfera y la motivación. Seguro que mañana todo irá
mejor según la nueva rutina.
• Su hijo debería desarrollar un sentimiento de responsabilidad hacia las tareas escolares
y aprender a motivarse. Así pues, si no sale todo bien a la primera, procure no perder la
calma.
• Si durante la semana ninguna excusa vale para que el niño no estudie o no haga los
deberes, los fines de semana y las vacaciones deberían de estar consagrados por
completo al ocio.
• Aunque su hijo tenga algunos problemas con los deberes, no le recorte sus actividades
de ocio, pues, de lo contrario, empezará a aborrecer todo lo que se relacione con la
escuela.
• Alégrese junto con su hijo de las cosas que aprende en la escuela y que puede aplicar
directamente a su vida diaria. Así reforzará su motivación y las ganas de aprender.
• Las informaciones más importantes las captamos por la vista, por lo que no es de
extrañar que un entorno estimulante y agradable influya muy positivamente en el
rendimiento durante el estudio.
• El niño debe poder hacer los deberes sin que sus hermanos o hermanas lo molesten y
disponer de un espacio propio en el que poder estar solo.
• Decore el cuarto del niño con cojines, lámparas, útiles de escritorio así como pósters o
fotografías de colores. Así, el niño se sentirá cómodo, con ánimos y podrá concentrarse
mejor.
• Cuanto mayor sea su hijo, más puede participar en la selección de que se tira y que se
queda. No obstante, es conveniente que usted haga una selección previa, pues muchos
niños se resisten a desprenderse de sus cosas.
• Intente ponerse en la piel de su hijo; para ello trate de imaginarse cómo se siente en su
cuarto mientras hace los deberes.
• Anime a su hijo a que dibuje su escritorio ideal, incluyendo todo lo que cambiaría para
mejorar el lugar en el que estudia y hace los deberes.
• Cuando esté sentado en su escritorio, el niño debería poder dejar vagar la mirada y no
sentirse constreñido.
• Aunque nuestro cerebro es capaz de procesar información a una velocidad increíble,
solamente puede asimilar una cosa a la vez, por lo que no deberían ser minucias.
• En el cerebro no solo almacenamos información; muchas veces perviven también
estados de ánimo asociados a ella y que se reviven al recuperar esa información. Así
pues, recordar una información nos puede resultar muy agradable o todo lo contrario.
• Incluso para adolescentes de 14 a 16 años, mantener su cuarto en orden puede ser
tarea imposible, por lo que necesitará sus consejos y su ayuda.
• Cuando ordene la habitación de su hijo, respete siempre su esfera privada y no se le
ocurra husmear en sus cuadernos, en sus diarios o leer sus cartas.
• Si de vez en cuando su hijo es incapaz de poner en orden sus útiles de estudio o sus
juguetes, o está demasiado cansado para ello, ayúdelo, aunque antes ya hayan
ordenado la habitación durante el cuarto de hora de rigor.
• Del mismo modo que algunos niños concilian mejor el sueño con la luz encendida, otros
necesitan oír música de fondo mientras estudian, porque el silencio los distrae.
• Una música agradable estimula el potencial creativo de nuestro cerebro, nos relaja y
aumenta nuestra capacidad de integración de contenidos. Son argumentos que hablan a
favor de que su hijo haga los deberes con música de fondo.
• En la mayoría de los casos, es el mismo niño el que apaga el radiocassette o el compact
si la música le distrae o le molesta.
• Hay muchos ruidos desagradables que pueden distraer al niño de sus deberes. La
música ayuda a anular esos ruidos y, por tanto, aumenta la capacidad de concentración.
• Excepto cuando se hable de programas educativos, la televisión pertenece al espectro
de las distracciones. Es totalmente incompatible con el estudio.
• Existen cadenas que emiten casi exclusivamente videos musicales. Es preferible que
permita a su hijo que tenga estas cadenas conectadas de fondo mientras estudia que
embarcarse en una pelea sin fin.
• Hace solo unos años, quienes tenían un ordenador eran considerados bichos raros.
Pero en la actualidad, ya no nos podemos llegar a imaginar una vida sin ordenadores y
sin Internet.
• Limite el tiempo que su hijo pasa delante del ordenador. No deje que se convierta en una
costumbre, sino que debe ser la excepción.
• Durante el primer año de escuela, es preciso que los padres ayuden al niño activamente
a hacer los deberes. De este modo, el niño tiene seguridad de ser capaz de cumplir con
las exigencias de la escuela.
• Acostumbre a su hijo a que se organice el solo para hacer los deberes, repasar las
lecciones y preparar las del día siguiente. Solamente debe ayudarlo si tiene dificultades.
• Es importante saber donde encontrar la información que se necesite que tener siempre
todos los datos en la cabeza. El niño debería aprender cuanto antes a resolver él solo
las dudas con ayuda de material de consulta.
• Procure transmitir a su hijo la sensación de que en ningún momento se hace pesado y
que siempre que necesite su ayuda para hacer los deberes, usted lo hará de buen
grado. De este modo, le dará seguridad.
• En algunas escuelas los mismos maestros sugieren a los niños que adopten el sistema
de ordenación por colores, y en ocasiones incluso le proporcionan los materiales para
poder mantener una coherencia en la clase.
• Marcando los apuntes en el cuaderno con diferentes colores se logra estructurar la
materia, de modo que el niño tiene rápidamente una visión de conjunto, sin que el caudal
de información le sobrepase.
• El mejor modo de memorizar algo es aplicarlo en la práctica. Por ejemplo, practicar
inglés traduciendo su canción favorita o practicar matemáticas calculando cuanto recibe
de paga al año.
• La memoria retiene mucho mejor todo aquello que asociamos con diferentes situaciones,
sentimientos y que repasamos cuantas más veces mejor.
• Es muy poco probable que disponga cada día del tiempo suficiente para ayudar a su hijo
a hacer los deberes, y tampoco es conveniente que el niño se acostumbre a depender
de la ayuda de los padres.
• Si su hijo de vez en cuando se queda atascado en alguna parte de los deberes y le pide
ayuda para seguir adelante, no significa que necesite una ayuda extra organizada y
continuada para realizar las tareas escolares en casa.
• Las clases particulares deben ser siempre una solución temporal para mejorar el
rendimiento escolar o para recuperar clases perdidas.
• Resulta divertido cambiar los papeles, y por una vez, ser uno mismo el profesor.
Además, de este modo el niño se da cuenta de que no es el único, ni mucho menos, que
tiene ciertas dificultades en algunas materias.
• Todos los padres desean que sus hijos saquen buenas notas y estas expectativas
influyen de manera muy importante en la mayoría de los niños.
• Procure no equiparar nunca el éxito en los estudios con el éxito en la vida. Explique a su
hijo que sacar buenas notas ayuda, pero no lo es todo, ni mucho menos.
• Si su hijo tiene algún interés especial por algo y en su tiempo libre se dedica a sus
aficiones, ya sea jugar al fútbol o coleccionar sellos, alégrese.
• Un niño que saca buenas notas va a la escuela alegre y contento, pero cuando los
resultados no son los que esperaba es fácil que se sienta frustrado.
• En vez de amenazas y castigos, lo que necesita su hijo si saca malas notas es que lo
trate con cariño. Anímelo dándole consuelo, alabándolo por su esfuerzo y reforzando su
personalidad. Esto le dará la motivación necesaria para seguir esforzándose.
• Un suspenso puede ser debido a muchas causas. Merece la pena analizar de manera
clara si se trata de un simple patinazo o la consecuencia de una mala preparación.
• La mayoría de los alumnos tienen sus puntos débiles y sus puntos fuertes, asignaturas
en las que destacan y otras en las que obtienen notas mediocres o que suspenden. Un
súbito empeoramiento es una señal de alarma.
• Procure mantenerse al corriente de que ambiente reina en la clase de su hijo acudiendo
a las reuniones de padres y hablando con compañeros de su hijo.
• No se deje llevar por el pánico si las notas de su hijo empeoran de repente. Trate
discretamente de hallar las causas tanto en el entorno de la escuela como, sobre todo,
de la familia.
• Para estimular al niño hay que dar y exigir. Su hijo sabe que usted le exige que
aproveche la escuela al máximo, a cambio de lo cuál espera de usted que le dé su
apoyo para lograrlo.
• Del mismo modo que el niño trae a casa los problemas que tiene en la escuela, también
en el colegio pesan las dificultades que esté viviendo en el seno de la familia.
• Da igual que provoque los problemas entre los padres, el niño lo sufre en todo su ser,
pues a los niños les cuesta mucho olvidarse de los problemas y concentrarse en las
tareas escolares.
• Escuche los problemillas o las dificultades que su hijo tiene en la escuela. Muchas
veces, basta con ser un oyente comprensivo que sepa entenderlo y consolarlo.
• Cuando en la familia siempre se ha hablado de los problemas de manera abierta y
sincera, al niño le resultará más sencillo exponer sus dificultades en la escuela.
• Muchas veces, a los padres les es muy difícil evaluar hasta que punto es grave el
conflicto de su hijo con alguno de sus compañeros de clase y decidir cuándo es el
momento de tomar cartas en el asunto e intervenir.
• Todos los niños se ven implicados en el tira y afloja por la jerarquía en clase. En esta
lucha por ser el más popular y respetado entre los compañeros, son muchos los factores
que intervienen.
• La regla general para todos los padres es no empezar poniendo en duda ni la autoridad
ni la capacidad pedagógica de un maestro, sino aclara que parte de responsabilidad
tiene el niño en la situación.
• Todos los malentendidos y conflictos tienen rápida solución si se hablan las cosas con
tranquilidad. Lo mismo ocurre con los problemas en la escuela, con los compañeros o
con los profesores.
• No es sencillo decidir si el niño está poco o nada motivado, si temporalmente no tiene
ganas de aprender o si realmente se le exige demasiado, pero normalmente estos tres
factores interaccionan.
• Si en algunas materias al niño le faltan los conocimientos básicos o información
esencial, porque ha perdido muchas clases por estar enfermo, probablemente se sentirá
desbordado.
• A muchos niños les cuesta admitir que no son capaces de poder seguir una materia y
que ya no pueden cumplir lo que se les exige. Así pues, fíjese si su hijo se pelea con los
deberes.
• Cuando el niño se siente desbordado por las exigencias, es vital que usted le ofrezca
comprensión y apoyo. Debe superar su inseguridad y cobrar valor para empezar de
nuevo a rendir.
• Para motivarse los niños necesitan un estímulo; quieren resolver problemas y aprender
cosas nuevas. Si todo les resulta demasiado fácil y tienen la sensación de que no
aprenden nada interesante, desconectan, y su rendimiento académico se resiente.
• La falta de exigencia puede convertirse en un problema muy serio si el niño empieza a
ver la escuela como un lugar aburrido y debe hacer verdaderos esfuerzos para ir.
• Una participación activa en clase y en los temas escolares en general no es importante
únicamente para poder adquirir conocimientos, sino que también desempeña una
importante función en la socialización del niño.
• Por paradójico que parezca, las familias con un hijo superdotado suelen tener muchos
problemas para encontrar una escuela adecuada en la que se estimule al niño y en la
que este pueda desarrollar sus capacidades especiales.
• Los juegos didácticos, los ejercicios de concentración y los libros de lectura y cálculo no
son la panacea para mejorar el resultado escolar. Sin embargo, mientras el niño se
divierta con ellos, tendrán un efecto positivo.
• Las aficiones y el deporte, que quizá su hijo practica con pasión, contribuyen de manera
esencial al equilibrio y la felicidad del niño, por lo que se les debe dar la importancia que
merece.
• Si cambia radicalmente la alimentación del niño o le obliga de pronto a comer más sano,
seguramente el niño se revelará, con lo que no logrará su objetivo, que era que se
sintiera mucho mejor.
• No prohíba radicalmente a su hijo las golosinas y las patatas fritas. El que un alimento
determinado tenga efectos negativos o positivos en la salud depende, sobre todo, de la
cantidad que se consume.
• También en lo que respecta a los hábitos alimentarios, la familia es decisiva. Así, al niño
le costará menos adoptar una dieta sana y razonable si se le acostumbra desde muy
pequeño.
• Las comidas pesadas consumen energía en su digestión, por lo que deberían evitarse
por la noche y también antes de un examen. Con la barriga llena se rinde tan poco como
cuando se tiene hambre.
• Aunque todavía no existen técnicas para aprender mientras dormimos, se ha
demostrado que cuando estamos relajados la capacidad de recepción y asimilación de
nuestro cerebro aumenta.
• Por desgracia, el superaprendizaje no evita que se tengan que memorizar palabras,
datos o fórmulas, pero a muchos niños les facilita el estudio y aumenta su memoria.
• Cuando ni los exámenes ni tampoco los controles son un desafío que el niño deba
afrontar con una actitud positiva de tensión, el descuido y la falta de atención pueden
convertirse en un problema.
• Aunque sepa todo lo que se pregunta en el examen, el niño debe aprender a saber leer
muy bien las preguntas para contestar exactamente lo que se le pide, sin omitir ni olvidar
nada, y contestar con todo detalle.
• Al llegar a cierta edad queda bien pasar de la escuela, pues así el niño se gana el
reconocimiento de otros niños de su edad.
• Aunque parezca que su hijo pasa de su mal rendimiento en la escuela, en realidad le
importa. Pero conectar de nuevo con los estudios cuesta bastante esfuerzo.
• Muchos padres no son conscientes de la presión a la que someten a sus hijos. En
muchas ocasiones, aunque la convivencia familiar parezca perfecta, falta una verdadera
confianza entre padres e hijos.
• A veces, el niño es incapaz de asumir la responsabilidad por sí mismo y por su
rendimiento escolar. Sabe que se espera de él y se avergüenza de mostrarse débil, por
lo que no osa confiarse a sus padres.
• A veces, el estudio y la escuela son muy duros. El fracaso escolar y las injusticias
afectan profundamente al niño. En esos casos necesita de manera especial la
comprensión de sus padres y hallar una nueva motivación.
TIEMPO DE CONCENTRACIÓN
• Niños de entre 6 y 8 años: 40 minutos.
• Niños de entre 9 y 11 años: 60 minutos.
• Niños de entre 12 y 14 años: 90 minutos.
• Los adolescentes de más de 14 años: más de 90 minutos.
TIEMPO DE ESTUDIO
• 1º y 2º de primaria: 30 minutos, 15 de descanso, 20 minutos.
• 3º y 4º de primaria: 45 minutos, 15 de descanso, 20 minutos.
• 5º y 6º de primaria: 60 minutos, 15 de descanso, 30 minutos.
• 1º y 2º de ESO: 60 minutos, 15 de descanso, 60 minutos.
RUTINA DE ESTUDIO
• Decida junto con su hijo el tiempo que se va a dedicar cada día a las tareas escolares.
• Tome en consideración que cada uno tiene su ritmo individual.
• Busca la ocasión más propicia para introducir la nueva rutina diaria.
• Cambie algo de la vivienda y del cuarto del niño.
• Incorpore a la vida familiar una o dos nuevas costumbres.
• Al iniciar la nueva fase de aprendizaje regale algo al niño.
• Insista en que el niño cumpla con el horario de estudio que acordaron.
• Revise la rutina de estudio como mínimo cada tres meses.
LAS OBLIGACIONES SOBRAN EN EL TIEMPO LIBRE
• En los fines de semana y vacaciones olvídese de las rutinas de estudio.
• Si su hijo quiere estudiar en su tiempo libre, debe ser una decisión libre.
• Si quiere que el niño se tome en serio el tiempo de estudio durante la semana, es
esencial que respete su tiempo libre.
TAMAÑO DEL CUARTO DE ESTUDIO
• Coloque literas o camas altas.
• Cierre las estanterías con puertas o cortinas.
• Guarde en un armario los juguetes y la ropa que no se usen a diario.
• Elija colores claros para muebles, alfombras y paredes.
• Instale varias fuentes de luz.
QUE MÚSICA AYUDA A ESTUDIAR
• La música preferida de su hijo.
• Escuchar cassettes o compacts que el mismo haya seleccionado.
• Dejarle de vez en cuando la música que a nosotros nos guste.
• No obligarle a escuchar un tipo de música determinada.
• Es más recomendable el cassette o el compact que la radio.
RESOLVER SUS DUDAS
• Enseñe a su hijo como utilizar material.
• Si no le sale un ejercicio y le pregunta, respóndale pero que compruebe la respuesta en
los libros.
• Siempre que deba responder a una pregunta complicada consulte sus libros de texto.
• Los padres no tienen siempre una respuesta a todo.
• Si no da con una respuesta satisfactoria, enseñe a su hijo como seguir investigando.
TRUCOS QUE FACILITAN EL ESTUDIO
• Todos los libros y cuadernos de una asignatura deben ser del mismo color.
• Estructurar siempre de manera idéntica los apuntes en la libreta y resaltar lo importante.
• Tener libros propios para poder marcar en ellos los puntos esenciales.
• Empezar siempre con las tareas escritas.
• Leer solo por encima la materia nueva y si surgen dudas al hacer los ejercicios
consultarla.
• El niño debe escribir de nuevo con sus propias palabras los puntos más importantes.
• Repetir en voz alta las palabras o los datos que se quieren memorizar.
• Repasar dos veces la materia nueva.
• Antes de dormirse, volver a leer todo en un estado de relajación.
ESTUDIAR CON LOS PADRES
• No controle su trabajo todo el tiempo.
• Ayúdele a resolver solamente problemas específicos.
• Pregunte con actitud crítica.
• No sea su profesor particular.
CLASES PARTICULARES
• Si se tienen grandes lagunas de conocimientos.
• Si siente que no se esfuerza lo suficiente.
• Cuando una materia se le resiste.
• Si está especialmente motivado en una asignatura o para un examen.
• Si tiene dificultades de idioma o no entiende lo que se explica.
LAS CLASES PARTICULARES FUNCIONAN CUANDO
• El mismo niño desea aprender.
• Se implica en la busca de ayuda adecuada.
• El profesor particular le es simpático.
• El propio niño está convencido de que con la ayuda extra saldrá adelante.
• Le gusta ir a las clases particulares.
• Se muestra radiante cuando explica los progresos que hace.
• Cada vez muestra más interés por la escuela y por estudiar.
• Las notas mejoran lenta pero claramente.
DESTACARLE POR LO QUE ES
• Potencie su individualidad.
• Alábelo, apóyelo y admírelo por lo que tiene de único y personal.
• No juzgue nunca su personalidad por los resultados académicos.
• Háblele de personajes famosos que sacaron malas notas pero que hicieron grandes
cosas.
EL MUNDO NO SE ACABA POR UNOS SUSPENSOS
• No dé una importancia excesiva a unas malas notas. Considérelas un patinazo.
• Dé a su hijo consuelo, amor y dedíquele su atención.
• Trate de animarlo recordándole aquellas cosas en las que destaca.
• No lo castigue, ni lo riña, ni lo amenace.
• No cambie el tiempo que debe dedicar a las tareas escolares.
• No lo presione, no lo controle más para que estudie y haga los deberes.
• Cuéntele que también a usted le dieron alguna vez calabazas.
• Hágale sentir que es alguien especial.
DISCUSIONES EN FAMILIA
• Hable abiertamente a su hijo sobre la discusión.
• Trate de no pelearse con su pareja delante del niño.
• Evite discutir delante de él sobre su educación.
• Los conflictos no deben cambiar el programa del día ni el ritmo de estudios.
• No pida consejo a su hijo.
• Nunca hable despectivamente a su hijo de su pareja.
• Sigan cuidándose ambos con igual cariño de su hijo.
• Busque la verdadera causa de las dificultades.
• No finjan que todo va bien por el niño.
• Pida consejo a amigos o a un terapeuta.
SEPARACIÓN DE PADRES
• Explíquenle ambos por que se separan de manera que el niño lo entienda.
• El niño debe saber y sentir que él no tiene la culpa de que sus padres se separen.
• Sigan ocupándose ambos del niño.
• Traten de llegar a un acuerdo razonable sobre la custodia y los derechos de visita.
• En caso de que uno de los miembros se desentienda del niño procure no hacer un
drama.
• No hable nunca en términos despectivos del padre o la madre.
• Trate de mantener el mismo ritmo cotidiano.
• Si la separación ha afectado al niño será mejor que lo lleve a un psicólogo.
INDICIOS DE PROBLEMAS GRAVES EN LA ESCUELA
• De pronto, su hijo ya no quiere ir a la escuela.
• Su conducta cambia.
• Usted nota que está asustado.
• Le cuesta conciliar el sueño o se despierta durante la noche.
• Su rendimiento deja mucho que desear.
• Sus hábitos de estudio cambian notablemente.
• A preguntas sobre la escuela, reacciona con miedo o con mentiras.
• Se pone enfermo demasiado a menudo.
EN CASO DE PROBLEMAS CON SUS COMPAÑEROS DE CLASE Y MAESTROS
• Consuele a su hijo y trate de animarlo, pero no le sobreproteja.
• Traten de hallar juntos que puede motivar las burlas de sus compañeros.
• Estimule la seguridad en si mismo.
• Hable conjuntamente con su hijo y con sus compañeros.
• Acuda con regularidad a las reuniones de padres y a los actos de la escuela.
• Si el niño tiene problemas, vaya a hablar con su maestro.
• Explique a su hijo que ha hablado con su maestro y cuál ha sido su impresión.
• No eche la bronca al niño si se entera que es desobediente o no se esfuerza.
• Si le parece que el maestro es demasiado severo no se calle.
• Explique a su hijo que se puede aprender a tratar situaciones difíciles.
• Al cabo de una semana, vaya con su hijo a ver al maestro y traten de encontrar una
solución.
CUANDO SE EXIGE DEMASIADO AL NIÑO
• Quizá se ha quedado descolgado debido a una larga ausencia.
• Tiene un ritmo de desarrollo distinto.
• Piensa de otro modo.
• Le cuesta seguir porque su lengua materna es otra.
• Su velocidad de aprendizaje es inferior a la media.
• Le cuesta leer y tiene problemas con la ortografía.
SEÑALES DE QUE SE EXIGE DEMASIADO AL NIÑO
• Aunque se esfuerza, comete muchos errores.
• Usted nota que afirma que entiende algo pero no es cierto.
• Comete extrañas faltas de ortografía.
• Usted nota que el niño ha tirado la toalla.
• Las notas son malas.
• Su hijo apenas participa en la clase.
• El niño sufre a menudo dolores de cabeza inexplicables.
LA FALTA DE EXIGENCIA SE CONVIERTE EN ALGO PREOCUPANTE CUANDO EL NIÑO
• Pierde las ganas de aprender.
• Ya no tiene ningún respeto al maestro.
• Se niega a hacer nada.
• Pese a su elevada capacidad, saca cada vez peores notas.
• En la escuela se comporta de manera negativa.
• Pierde amigos.
• En casa está casi siempre solo.
COMO CREAR NUEVOS RETOS
• actividades extraescolares.
• Desarrollar en solitario o con amigos proyectos.
• Dar clases particulares a otros niños.
• Saltarse un curso.
• Cambiar a otro tipo de escuela.
JUEGOS Y LIBROS DIDÁCTICOS
• Los juegos de mesa.
• Los rompecabezas.
• Los crucigramas.
• Los libros de cuentos.
• Los periódicos.
• Las revistas.
GRABAR DATOS DE ESTUDIO
• Abra delante de usted el libro de vocabulario.
• La música de fondo debe sonar en un segundo aparato.
• Grabe primero las instrucciones para relajarse y a continuación la materia.
• Repita tres veces todos los datos.
• Grabe las instrucciones para despertarse.
ESTADÍSTICAS
• Cuanto más severos sean los padres, mejor aprenden a mentir los niños.
• El 95% de los escolares acaban los estudios sin problemas.
• El fracaso escolar en aquellos niños obligados a estudiar asciende al 70%.
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