La decadencia generaliza del Siglo XVII también afectó a las
bibliotecas. Las guerras de religión provocaron la destrucción de libros y bibliotecas, la dispersión de muchas
bibliotecas, así como los cambios de dueño. Por ejemplo,
Pero también aparecen hechos muy positivos, como que en este periodo
surge el embrión de lo que más tarde serán las bibliotecas públicas. Fueron bibliotecas creadas no por monarcas o
instituciones públicas, sino por hombres generosos que veían positivo emplear
su riqueza en poner al servicio de los hombres el conocimiento acumulado en los
libros. Sin llegar a ser auténticas bibliotecas públicas, se abren a todo tipo
de lectores, sobre todo estudiosos y eruditos, sin establecer distinción entre
los usuarios en cuanto a los requisitos previos para la consulta de los fondos.
La diferencia entre estas bibliotecas y otras colecciones aperturistas de
siglos anteriores, como
Otro aspecto fundamental fue que en el Siglo XVII nace la figura
del bibliotecario profesional, como
Gabriel Naudé, lo cual favoreció la conversión de las bibliotecas en
instrumentos de trabajo al servicio de la cultura superior. Son los
bibliotecarios los que insistirán en la necesidad de contar con presupuestos
permanentes y no ocasionales para la compra de libros para tener colecciones
donde estén representados el mayor número de autores y obras. Dan preferencia
al contenido de los libros que a su apariencia exterior. Son los primeros
interesados en que la colección, reunida tras grandes esfuerzos intelectuales,
pueda ser utilizada por muchas personas. Se asientan las técnicas
bibliotecarias que empezaron a desarrollarse en el siglo anterior por el
aumento en el tamaño de las colecciones. El bibliotecario no asume sólo la
responsabilidad de comprar los libros, sino que también asesorará al lector.
Se tienen en cuenta los
siguientes aspectos:
- En cuanto
a las instalaciones de la
biblioteca, se generaliza en Europa el sistema de distribución del espacio que
en el siglo XVI desarrolló la biblioteca de El Escorial: estanterías
directamente adosadas a los muros, que recubren toda la pared de vértice a
vértice. El centro de los espacios de la sala se ocupa con instrumentos al
servicio de la nueva ciencia como globos, relojes, etc. Otra innovación es que
los libros dejan de estar encadenados a los pupitres para estar protegidos con
telas metálicas.
- Hay nuevas necesidades de control y ordenación porque las
colecciones son realmente grandes y es imposible de conocerlas de memoria. Así
aparecen tratados y catálogos. Las técnicas de descripción bibliográfica
comienzan a usarse tanto para la elaboración de catálogos, como para elaborar
bibliografía con aspiraciones universales, como las obras del padre de la
bibliografía española Nicolás Antonio.
- La ordenación de fondos por materias empieza a usarse en este siglo
porque comienza a valorarse el libro más por su contenido que por su aspecto.
- La aparición de las primeras
publicaciones seriadas como la Gazzette francesa o la Gaceta de
Madrid, así como las primeras revistas científicas y literarias, como Journal
des Sçavants, hace que se empiece a valorar la actualidad de los datos de los documentos, y que este tipo de
fondos se incorpore a las colecciones generales, a menudo como una pequeña
sección especial.
A parte de estas bibliotecas con nuevas características, siguen
desarrollándose las bibliotecas de los
reyes y miembros de la alta nobleza. Siguen ubicándose en partes de sus
palacios e incrementan sus colecciones porque son símbolo de prestigio. Se
trata de bibliotecas de estilo barroco donde se pone gran cuidado en la
apariencia exterior. Exhiben preciosos ejemplares con ricas encuadernaciones y
estampaciones doradas. Sus propietarios no usan los libros, simplemente
responden a necesidades sociales y políticas y por ello se transmiten a los
herederos como bienes patrimoniales. También se desarrollan bibliotecas de burgueses que reúnen libros necesarios
para el desarrollo de su profesión.
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