martes, 5 de noviembre de 2024

Diversificación de bibliotecas

Otro elemento importante que define la evolución de las bibliotecas en el siglo XX es su diversificación, se ha pasado de la biblioteca única, enciclopédica del siglo XIX al establecimiento de una serie de centros, con funciones y fondos distintos dirigidos también a usuarios diferentes. También las organizaciones internacionales (IFLA, UNESCO) han establecido pautas y directrices para los diversos tipos de bibliotecas.

 

4.1. Bibliotecas escolares

 

            Las bibliotecas escolares son un logro del siglo XX. El movimiento a favor de estas bibliotecas surgió en USA a principios de siglo.

           

            A pesar de las recomendaciones de la UNESCO para la creación y desarrollo de las bibliotecas escolares, la mayoría de los países (exceptuando EE UU, Canadá, Inglaterra y los países nórdicos) no cuentan realmente con este tipo de bibliotecas. En España las bibliotecas escolares están expresamente excluidas del SEB y son una cuenta pendiente por las carencias que presentan.

 

4.2. Bibliotecas nacionales

 

            El origen de las bibliotecas nacionales se sitúa en las antiguas “bibliotecas reales”. Sin embargo, se consolidan durante el siglo XX, debido básicamente a que se definen sus funciones y se estructuran sus servicios. Actualmente todos los países independientes cuentan con su propia biblioteca nacional, aunque  lógicamente hay grandes diferencias entre algunas.

 

            Las bibliotecas nacionales tienen tres objetivos principales, designados en diversos seminarios de la UNESCO: son el archivo bibliográfico del país, se encargan de desarrollar los servicios bibliotecarios y bibliográficos del país, y son las cabeceras del sistema bibliotecario nacional.

 

            Las bibliotecas nacionales han comenzado a enfrentarse, a finales del siglo XX, a problemas para reunir la producción bibliográfica, provocados por la gran producción editorial y el enorme desarrollo tecnológico, que ha dado lugar a multiplicidad de soportes.

 

 

4.3. Bibliotecas especializadas

 

            La biblioteca especializada es la de más reciente creación dentro de la tipología bibliotecaria. Surgen también en el siglo XX y responden a la necesidad de especialización que trae la impresionante explosión de información. Su crecimiento ha sido más rápido que el de otras bibliotecas, debido a la necesidad de información reciente y actualizada que tienen los profesionales. Las bibliotecas especializadas están al servicio generalmente de empresas e investigadores y sus fondos se componen principalmente de publicaciones periódicas.

 

4.4. Bibliotecas universitarias

 

            Las bibliotecas universitarias, originarias de la Edad Media, han sufrido muchos cambios a lo largo del siglo XX, sobre todo después de la II Guerra Mundial, ya que han tenido un gran crecimiento y desarrollo, consecuencia sobre todo del aumento del número de estudiantes y el desarrollo de las nuevas tecnologías. Estas bibliotecas han de estar integradas plenamente en el resto de la universidad, y sus fines son también los de esa institución.

 

            Las bibliotecas universitarias españolas han sido las pioneras en muchos aspectos del ámbito de trabajo bibliotecario y realizan las más importantes tareas de cooperación a nivel nacional.

 

4.5. Bibliotecas públicas

 

       Las primeras bibliotecas públicas en sentido moderno surgieron en Inglaterra y Estados Unidos en el siglo XIX, cuando debido a una mayor conciencia política y social, empieza a extenderse la idea de crear sitios donde las clases trabajadoras tuvieran acceso a la cultura y a la lectura.

 

            En el siglo XX las bibliotecas públicas se han desarrollado y extendido de forma generalizada. Sus características principales son su dependencia administrativa y su servicio a todos los ciudadanos sin discriminación de ningún tipo.

 

            La Biblioteca Pública asume su papel de servicio social y de cara al futuro debe asumir su papel como centro de acceso de las nuevas tecnologías. La biblioteca no debe únicamente poner a disposición de la sociedad documentos en cualquier soporte: debe facilitar además la posibilidad de usar ordenadores con conexión a Internet y dar acceso a las herramientas ofimáticas y electrónicas. Así lo expresan los documentos oficiales surgidos a finales del siglo XX en relación con la Sociedad de la Información, como el Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1994) y la Declaración de Copenhague (1999).